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LA EXPOSICIÓN ITINERANTE LLEGA AL CASTILLO DE VILLENA

'Arquitectura defensiva en España': una puesta en valor de las fortalezas autóctonas

15/05/2021 - 

VILLENA. En el interior de la torre del Castillo de la Atalaya, unos paneles luminosos reflejan ya la historia de las fortificaciones defensivas de la península. En cada uno, imágenes antiquísimas y explicaciones para la ocasión subrayan la infinidad de valores que integran estos edificios: no solo el técnico, el constructivo y el artístico; también el paisajístico, el cultural, el turístico y, en definitiva, el simbólico. La exposición itinerante Arquitectura defensiva en España llega al Vinalopó para posarse en el Castillo de Villena, uno de los más importantes de la comarca. Allí, podrá visitarse hasta próximo 3 de agosto.

Según declaraba en la presentación de la muestra el presidente de la Asociación Española de Amigos de los Castillos en la Comunitat Valenciana, Miguel Jover, con esta exposición se pretende “ensalzar los castillos, sus valores, los problemas que han tenido de espolio, ruina y demás y, finalmente, sus posibilidades de conservación”. De este modo, el colectivo persiste en su misión de “despertar el interés por visitarlos, mantenerlos y promocionarlos”.

Arquitectura defensiva en España se inauguró en Toledo con la intención de que viajase por todo el país. Desde entonces, ha estado en Ponferrada, Jaén, Burgos, Barcelona, y, dentro de Alicante, en Orihuela y Guardamar. Con la pandemia, su trayecto se paralizó en este último municipio de la Vega Baja. Tiempo después y gracias a la reactivación cultural, la muestra se ha trasladado a Villena y, en concreto, a un enclave especial, puesto que, desde su paso por Ponferrada, no se había vuelto a instalar en un castillo.

“Con esta sencilla exposición, damos un paso más en Villena y demostramos que la Atalaya es un marco privilegiado para este tipo de actividades”, manifestaba el alcalde anfitrión, Fulgencio Cerdán. Y defendía, asimismo, “el potencial de este espacio como motor de recuperación en la era postcovid”. Con un último apunte: “Villena, aunque en ocasiones no se reconozca, es fortaleza mediterránea”. Por su parte, la edil de Turismo, Paula García, reafirmaba la idoneidad del lugar escogido y agradecía al colectivo organizador la oportunidad prestada: “Cuando la Asociación nos hizo la propuesta, no dudamos que la exposición tenía que estar aquí. Lo complejo era adecuarla al espacio”, admitía. No obstante, una vez conseguido, confiaron en que sería “un aliciente para atraer a turistas de otras comunidades” ahora que el cierre perimetral ha concluido.

Restaurar o dejar morir

En la Comunitat, hay contabilizados unos 777 castillos, casi un tercio en cada provincia —aunque más en Valencia y Castellón, porque, según explicaba Jover, “fueron territorios de frontera”—. Sin embargo, apenas un 25 % del total están bien conservados y son visitables. El resto —aseguraba el presidente de la sección valenciana de la asociación— persisten “en estado de ruina progresiva o avanzada” e, incluso, algunos han desaparecido. Ante esta situación, el representante autonómico admitía que, “en los últimos tiempos, ha habido un interés de los Ayuntamientos por restaurarlos, y Villena y todo el valle del Vinalopó son un ejemplo de ello”.

Pese a ello, el gran impedimento son los costes elevados de las reparaciones. Por ese motivo, y considerando que los castillos gustan a gente de todo tipo y condición, iniciativas como la exposición que ahora se asienta en Villena deben servir, en palabras de Jover, “para que los políticos muestren más interés por recuperar las fortalezas”. Paralelamente, destacaba, “las películas han hecho mucho por el desarrollo de los castillos”, algo que también se plasma en los rótulos iluminados de la muestra. De hecho, el cine actual sigue contribuyendo a ensalzar estos edificios y a despertar —en mayores y pequeños— el deseo de conocerlos.

De todos los castillos de la península, la gran mayoría son públicos —no tanto del Estado, sino de las respectivas localidades—, aunque también los hay privados. Sin ir más lejos, la propia Asociación Española de Amigos de los Castillos compró y restauró el del municipio vallisoletano Villafuerte de Esgueva. Además, dentro del colectivo, existe una sección de propietarios que se reúne periódicamente para defender sus derechos. Tal y como afirmaba Jover, la titularidad pública es positiva porque permite dedicar una parte del presupuesto municipal a proteger estas construcciones. Sin embargo —agregaba—, a veces la implicación de cada Ayuntamiento depende del gobierno de turno y de sus afinidades políticas con el Ministerio o la Conselleria en cuestión.

Por todo ello, la organización que preside el valenciano con raíces villenenses se dedica a estudiar, difundir y promover todo lo relacionado con estas fortificaciones. También, en algunos casos, a “denunciar aquellas situaciones en las que los castillos están en malas condiciones y hay riesgo de colapso”. En este sentido, su opinión es que “habría que realizar un estudio de conservación de todos los castillos y acometer la restauración de aquellos que, por motivos diversos, tengan una importancia especial”. No obstante, todas las reivindicaciones de su colectivo multiplicarían su alcance si la población se concienciara y se hiciera eco de ellas: “Somos más de 2.000 socios, pero lo importante es que la sociedad civil lo conozca y reclame a las autoridades que los castillos se recuperen, en la medida de lo posible”, concluía Jover.

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