ALICANTE. La iniciativa promovida por la empresa Alicante Aquaculture para construir una piscifactoría en tierra en el Puerto de Alicante continúa quemando etapas administrativas, cerca de dos años después de que trascendiese su propuesta. Tras haber recabado el aval del departamento autonómico de evaluación ambiental, con el requisito de realizar al menos seis análisis anuales sobre el agua empleada en las instalaciones, fuentes de la compañía consultadas por Alicante Plaza indicaron que ahora se había conseguido la autorización de vertido por parte de la Conselleria de Transición Ecológica, con lo que se allanaría el proceso para que pueda aprobarse su declaración de impacto ambiental (DIA).
En principio, ese beneplácito podría confirmarse en el margen del próximo trimestre, con lo que la ejecución del proyecto solo quedaría pendiente de la concesión de la licencia de obra por parte del Ayuntamiento de Alicante. Por el momento, Aquaculture también ha activado la cuenta atrás para que pueda confirmarse la concesión definitiva de la parcela del muelle 11 en la que prevé situar sus instalaciones, sobre la que ya contaría con una autorización provisional. De hecho, la Autoridad Portuaria publicó el pasado 21 de abril la solicitud de concesión definitiva con el fin de abrir el plazo para que cualquier otro interesado pueda presentar también una petición alternativa sobre ese mismo emplazamiento, en lo que se conoce como el trámite de competencia de proyectos.
En concreto, Aquaculture plantea la construcción de una nave de 70 x 70 metros dedicada a la cría y engorde de alevines de seriola, una especie de pescado conocida popularmente como lechola. El edificio se extendería sobre una parcela de 9.000 metros cuadrados situada íntegramente en tierra a diferencia de las granjas acuícolas tradicionales, posicionadas en el medio marino. De hecho, la piscifactoría estará provista de un novedoso sistema de producción, en circuito cerrado, que extraerá el agua del propio recinto portuario para someterla a un sistema de entre 45 y 50 filtrajes por hora con el fin de conseguir una calidad óptima del agua. Para ello, se usará tecnología de Recirculación en Acuicultura (RAS, por sus siglas en inglés). Así, el vertido de rechazo quedaría minimizado a su mínima expresión, según fuentes de la compañía.
El proyecto se situará en superficie sobre una parcela de 9.000 metros cuadrados del muelle 11 sobre la que ahora se está tramitando su concesión definitiva
Las instalaciones tendrían una capacidad de producción de 500 toneladas anuales en cuatro cosechas destinadas fundamentalmente a la exportación. En concreto, salvo un pequeño margen que se destinará al mercado interior, cerca del 95% del pescado se venderá en Japón, donde la seriola es la segunda especie más valorada después del atún rojo, según las mismas fuentes. Para la construcción de esa granja acuícola en seco, la compañía -con sede en Alicante y con inversores alicantinos- prevé invertir 1,96 millones. Además, su entrada en funcionamiento supondrá la creación de 17 puestos de trabajo fijos, además de otros 60 durante el desarrollo de las obras, según las mismas fuentes.
El proyecto quedó reconocido como inversión de carácter prioritario en 2020 tras la evaluación formulada por los técnicos de la Agencia de Desarrollo Local. No obstante, desde entonces ha tenido que subsanar varios requerimientos de información sobre las características del proyecto por su carácter novedoso, a petición de distintas instancias de la Conselleria de Transición Ecológica, como la Dirección General de Agricultura, Ganadería y Pesca. A priori, la pretensión de Aquaculture es desarrollar futuras ampliaciones de su proyecto mediante el desarrollo de otros bloques similares, siempre que pueda disponer de nuevas parcelas a concesionar. Las instalaciones de ese primer bloque se situarán sobre la explanada del mismo muelle en el que JSV prevé poner en marcha la construcción de la segunda terminal de mercancías del Puerto, en paralelo a la que gestiona Terminales Marítimas del Sureste (TMS).