ALICANTE. "Dejadme la esperanza", reza el último verso del poema de Miguel Hernández Canción última. Parafraseando este verso, encabezamos este escrito coral ante el fallecimiento de Antonio Díaz González. Y es que no podía ser de otra manera. Si tenía que dejarnos, la fecha propicia era el 14 de abril. Justo a las doce del mediodía cuando empezaba la manifestación por la República recibíamos la triste noticia del fallecimiento de nuestro camarada, compañero y amigo Antonio Díaz.
Antonio ha sido un hombre especialmente bueno y generoso que siempre promovió labores de formación y debate, amigo entrañable, hombre de sólida formación política (y ajedrecista) que sabía escuchar, dialogante pero vehemente en la defensa de sus ideas y de sus posiciones. Era historia viva de nuestras organizaciones, pero también de Alicante, desde su lucha antifranquista en la clandestinidad como miembro y fundador del Club de Amigos de la UNESCO, verdadera fábrica de militancia comunista y antifranquista, pasando por su militancia en el PCE y en IU. A sus 91 años seguía estudiando, organizando y luchando en movimientos sociales, en el Partido Comunista y en Esquerra Unida, su capacidad de adaptación a los cambios y a las nuevas realidades políticas, fruto de sus profundas convicciones personales, le alejaron de posiciones inmovilistas y le calificaron como un avanzado y un líder ideológico en nuestra organización.
Su papel activo en el movimiento del 15 M y en Toma la Plaza en Alicante le convirtió en uno de los referentes y mejores analistas de la realidad de los cambios que se estaban produciendo y en uno de los convencidos de que el espacio de la izquierda alternativa era plural y diverso y que requería de generosidad para favorecer la confluencia de la izquierda. Siempre buscando la unidad, sin renunciar a sus principios pero renunciando a intereses particulares y protagonismos que pudieran interferir en los objetivos generales.
Tendremos que acostumbrarnos a no verlo, ocupando siempre el primer asiento, en cada asamblea del PCE o de Izquierda Unida; a no saludarlo en cada manifestación de solidaridad con el Sáhara o con Palestina, a no encontrarlo, cada domingo, junto a sus compañeros del 15M o Toma la Plaza en la Muntanyeta. O a su ausencia como hace solo unos días en los actos de homenaje a los republicanos, mujeres y hombres, víctimas del franquismo, en el puerto y en el cementerio de Alicante. Hasta el último aliento estuvo en la lucha por los valores democrático. Ha sido el militante incansable que siempre ha mostrado una voz coherente, pausada y constructiva en nuestras Asamblea y encuentros. Un referente sólido ante una sociedad líquida que huye del compromiso.
Alicante debe mucho a Antonio Díaz y a otras personas de su generación que sin ninguna ambición personal, abrieron espacios de libertad en plena dictadura, enfrentaron la represión y la clandestinidad, acercaron una democracia que no fue ningún regalo y siguieron luchando por ella tras la muerte del dictador. Aunque menguados y cuestionados, muchos de los derechos que disfrutamos hoy se conquistaron gracias a personas como Antonio. Pero le debemos algo más importante que todo eso. Le debemos su ejemplo. Con su recuerdo presente, intentaremos estar a la altura.
Hasta siempre Antonio y hoy gritamos de nuevo contigo ¡Viva la República!
Firman este obituario
Lucía Ibáñez y Nefer Vives, coordinadoras de Esquerra Unida Alacant
Álvaro Castaños, cesponsable político del Partido Comunista de l'Alacantí-les Marines
Manolo Copé, concejal y portavoz del grupo municipal Esquerra Unida Podem