vals para hormigas / OPINIÓN

Anticolumnismo

2/02/2021 - 

Esta semana me ha dado por practicar el anticolumnismo. Voy a escribir sobre algo que no entiendo, que es lo que hacemos la gran mayoría de opinadores en la gran mayoría de nuestros vertidos de palabras con firma y foto. La diferencia está en que, en esta ocasión, lo voy a reconocer. Allá va. Soy incapaz de comprender lo que pasó la semana pasada en Wall Street. Me refiero a la jugada de una enorme masa de pequeños inversores que se lanzaron como locos a comprar acciones de empresas en ruinas y, así, hicieron que unos pocos grandes inversores que mantenían bajo el precio de estos títulos perdieran millones de dólares. Busquen Reddit, wallstreetbets y GameStop. Supongo que encontrarán algún texto que les deje las cosas bien claras. Aquí, desde luego, no lo van a conseguir, porque yo no he entendido nada.

Mis dificultades para manejarme entre los movimientos bursátiles me llevaron en otras direcciones. Y siempre llegas a algún sitio si andas lo bastante, como dice Cheshire en Alicia en el País de las Maravillas. Traté de aclararme con artículos de diferentes medios, más o menos especializados en Economía, y acabé, como casi siempre, en un recuerdo y en una película. Cada vez que intento pasear por los parqués, me acuerdo de Sed de mal, de Orson Welles. Uno de mis títulos preferidos de mi director de cine favorito. A mi padre no le gustó cuando la vio, me dijo él, porque, deduje yo, heredero de una larga tradición familiar vinculada a la Guardia Civil, no concibe que exista un agente de la ley tan corrupto como Hank Quinlan, el personaje protagonizado por Welles. A mí me sucede algo parecido con la Bolsa. No me entran en la cabeza las especulaciones con un dinero que existe o no existe hasta que abres la caja, como el gato de Schrödinger. No lo asimilo. Llego hasta la ley de la oferta y la demanda, también hasta el impacto que la entrada de Biden en la Casa Blanca puede tener en el índice Nikkei japonés. Pero la actividad subterránea a tres jugadas vista no la veo. Tampoco soy buen jugador de ajedrez, me temo.

No se me dan mal las matemáticas y tengo una buena visión espacial, por mucho que mi GPS interno esté estropeado y sea capaz de perderme en mi propio museo, como el Marcus Brody de Indiana Jones y la última cruzada. Aquí entra el recuerdo que me asaltó al informar sobre este tema. Fui de los pocos que defendió la conservación de La Isleta, el edificio abandonado junto a la playa de la Albufereta de Alicante, pese a su estado, porque era capaz de percibir su valor arquitectónico a partir de las cuatro vigas que quedaban en pie. Perdí esa batalla como tantas otras, porque la entonces concejala Sonia Castedo la derribó. Pero en las discusiones con, sobre todo, alguna compañera de trabajo, descubrí que tengo una buena percepción espacial. Me apasiona la divulgación científica, me parece que calo bien a la gente de un vistazo y, a toro pasado, puedo entrelazar el paso A y el paso C de una carambola política a tres bandas. Sin embargo, la Bolsa es, para mí, aún más complicada que la antimateria y la Ley de la Relatividad juntas. Así que veré otra vez Sed de mal. Seguiré sin entender lo de Reddit, pero podré abrir una columna con un movimiento bursátil y acabarlo con un espléndido plano-secuencia. Anticolumnismo puro.

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