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Álvarez y Planagumà, 653 partidos en Segunda B

1/09/2019 - 

ALICANTE. Hércules y Villarreal B, dos de los favoritos para no solo disputar el 'play-off' de ascenso, también lograr el campeonato en el grupo III, se miden este domingo en el estadio José Rico Pérez de Alicante.

Mientras que los amarillos ganaban en la primera jornada al Atlético Levante (2-1), los blanquiazules empataban en su visita a El Prat (1-1). 

Villarreal B y Hércules cuentan en su haber con la disputa de tres de las últimas cinco fases de ascenso: los amarillos han participado en las de 2016, 2018 y 2019, mientras que los blanquiazules lo han hecho en las de 2015, 2016 y 2019; en las dos últimas en el caso del filial y en la última en la del Hércules sus respectivos técnicos eran ya Miguel Álvarez y Lluís Planagumà, dos de los actuales 80 entrenadores de la categoría con más partidos a sus espaldas en la misma, concretamente son el tercero y el quinto tal y como recordaba hace unas semanas nuestro amigo Austin Alkorta desde su cuenta @austin_alkorta en la red social Twitter.

Álvarez

Para el técnico jiennense esta es su decimoquinta temporada entrenando en la categoría. A sus 61 años, Álvarez cuenta una extensa carrera profesional en la que, además de acumular ya tres temporadas (contando la actual) en el banquillo del Villarreal B (todas ellas en Segunda B), incluye otras seis con el Terrassa (dos en Segunda A y cuatro en la B), dos con L'Hospitalet (ambas en Segunda B) y una con Ciudad de Murcia (Segunda A), Lorca (Segunda B), Badalona (Segunda B), Leganés (Segunda B), Alcorcón (Segunda A), Sant Andreu (Segunda B), Sabadell (Segunda B) y Marbella (Segunda B). Álvarez ha dirigido, por tanto, a nueve equipos en la tercera categoría del fútbol patrio, concretamente lo ha hecho en 410 partidos (si contamos el del pasado sábado contra el filial del Levante) lo que le coloca como el tercero con más experiencia en la misma de los actuales 80 técnicos que están al frente de un banquillo de Segunda B.

Solo superan a Álvarez, el ovetense Roberto Aguirre con 496 partidos en 16 temporadas con ocho equipos distintos (la pasada y la actual con el Unionistas de Salamanca, en el grupo II) y el eibarrés Manix Mandiola con 423 partidos en 15 temporadas con siete equipos distintos (desde 2018 con el Atlético Baleares, las dos pasadas campañas en el grupo III y esta en el I). Mandiola cuenta con la misma edad que Álvarez, 61 años, y diez más que Aguirre (51 años). 

Por detrás del entrenador del Villarreal B, como cuarto con más partidos en Segunda B de los actuales técnicos de los 80 equipos que compiten el curso 2018/19 en la categoría tenemos al entrenador del filial del Alavés, el durangués de 51 años Iñaki Alonso, con 322 encuentros repartidos en 11 temporadas con siete equipos, y a Lluís Planagumà: el entrenador del Hércules, para el que esta es su segunda campaña en el banquillo blanquiazul y la octava en la categoría, acumula ya 243 partidos en la misma. 

Planagumà

A diferencia de los anteriores, el preparador barcelonés es bastante más joven pues cuenta con 38 años. Planagumà debutó con 31 en el banquillo de un Segunda B, en la temporada 2012/13 y precisamente en el del Villarreal B. Dos temporadas con el filial amarillo, otras tantas con el Espanyol B, una con el filial del Granada, otra con el UCAM Murcia y las ya dos que acumula en el Hércules conforman su trayectoria profesional (toda en filiales en los grupos III y IV, aunque tuvo la oportunidad de dirigir al primer equipo del Granada en Primera en la jornada séptima de la 2016/17 tras la destitución de Paco Jémez).

Si Planagumà es el quinto técnico con más partidos en la categoría de los 80 que actualmente dirigen en ella, el sexto es otro viejo conocido del José Rico Pérez, un Luís García Tevenet que a sus 45 años alcanzaba el pasado fin de semana los 224 encuentros en Segunda B, en su caso con ocho equipos en nueve campañas (contando la que acaba de arrancar).

Mientras que el sevillano no logró terminar la 2016/17 con el Hércules, fue destituido en marzo cuando el equipo era quinto con 43 puntos, a cinco más el golaveraje del tercero y el cuarto, después de 13 victorias, 4 empates, 11 derrotas, haber anotado 35 tantos y encajado 27, Planagumà enlaza su segundo curso tras llevar a los blanquiazules al 'play-off' después de dos años en blanco y además hacerlo como segundos con los mejores números. 

De todos los anteriores, Aguirre y Planagumà han logrado llevar a un equipo al 'play-off' de ascenso a Segunda A, pero no han conseguido cerrarlo con éxito; Mandiola y Álvarez, por su parte, lo han hecho en siete y cuatro ocasiones respectivamente si bien su resultado tampoco fue para tirar cohetes porque solo en una ocasión lograron ascender (el actual entrenador del Villarreal B lo consiguió en la 2001/02 con el Terrasa, en una promoción en la que pasó por encima de un Hércules que entrenaba entonces Felipe Miñambres); Tevenet tiene en su haber dos fases de ascenso al fútbol profesional, habiendo cerrado una con sonrisa; e Iñaki Alonso ha logrado ascender en los dos 'play-off' que ha disputado. 

Trituradora

Entre Tevenet y Planagumà, en apenas 15 meses, pasaron por el banquillo del Hércules Carlos Luque, Gustavo Siviero, Claudio Barragán y Josip Visnjic, no logrando ninguno el objetivo de al menos clasificar al equipo para la fase de ascenso. 

El banco local del Rico Pérez es, por tanto, una autentica trituradora de carne a la que Planagumà ha sobrevivido, convirtiéndose en el primer técnico desde Juan Carlos Mandiá en iniciar dos campañas consecutivas: el madrileño, en su segunda etapa en el Hércules, después la espantada que protagonizó en 2009, dirigió al equipo durante toda la 2011/12, tras el descenso de Primera, y arrancó la temporada 2012/13 también en Segunda A, en la que posteriormente sería destituido a la finalización de la novena jornada.

Para encontrar otro técnico que como Planagumà haya iniciado dos temporadas consecutivas en Segunda B con el Hércules hay que remontarse a principios de siglo, a las campañas 2003/04 y la 2004/05 y a José Carlos Granero.

No es que antes de la llegada de Enrique Ortiz al club este se caracterizase precisamente por su estabilidad, pero los vaivenes en el banquillo, con independencia de quién fuera su inquilino y quién ocupara el cargo de director deportivo en cada momento, ha sido una constante, al calor de lo que demandaba la grada (cuando señalaba al palco) o del brujo visitador de turno.

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