El otro día salía en el telediario, el de TVE1, una plataforma que se ha gestado en Canarias, “Canarias se agota”, promovida en un principio por grupos ecologistas. Ahora están en fase de expansión. Y ya habido incluso huelgas de hambre. Están organizando manifestaciones y movilizaciones en ciudades y pueblos de la isla para denunciar que el turismo masivo ha conducido a la precarización del empleo; también ha provocado una crisis de vivienda sin precedentes, ya que los turistas y residentes extranjeros pagan más por las casas y pisos y ello provoca que los ciudadanos autóctonos con menor renta se desplacen a los extrarradios porque es absolutamente privativo vivir en las áreas céntricas y semicéntricas de las ciudades.
También alegan que la masificación puede alterar la biodiversidad de las islas y por ello reclaman firmemente la implantación de una ecotasa. En el archipiélago gobierna Coalición Canaria con el respaldo del PP, pese a que el PSOE fue el más votado en los comicios autonómicos de 2023. Mera anécdota. En los dos primeros meses de 2024 se ha producido una afluencia de casi tres millones de turistas: esto no es anécdota.
Leo los argumentos de “Canarias se agota” e inevitablemente pienso en la Comunitat Valenciana. Son aplicables pese a los intentos de frenar el desarrollismo salvaje en la franja/litoral; ese era el espíritu del Pativel, un plan de acción territorial “verde” que impulsó el anterior gobierno de izquierdas, el Botànic: el PP, a través de la consellera de Medio Ambiente y Territorio Salomé Pradas, anunció a finales de 2023 “retoques” al Pativel a través de un ante-proyecto de ley al respecto. Pero ya no se habla mucho de ello. Sí que se habla, y se escribe, de la defensa del Consell de los propietarios de casitas a pie de mar, construidas en los años cincuenta y sesenta, y que están en peligro de extinción a tenor de la legislación estatal con las demarcaciones de costas. La subida del nivel del mar está provocando estragos.
Canarias es una de las comunidades más pobres de España con un PIB per capita de 22.300 euros. Es la tercera más pobre. La máxima está en Madrid (38.500) seguida casi a la par por País Vasco, Navarra y La Rioja. Son datos oficiales. Pero, ahí vamos, la Comunitat Valenciana no llega a los 25.000 euros per cápita lo cual la aproxima a las regiones más pobres: o, dicho de otro modo, la aleja de las comunidades ricas. El PIB per cápita es un indicador excelente para medir, aunque solo sea un poco, la calidad de vida de los habitantes de un territorio y el índice de desigualdades.