ELCHE. Cincuenta años dan para mucho. Y en La Devesa School, este medio siglo ha sido una historia de crecimiento, innovación y compromiso. Desde sus primeros pasos como un pequeño centro con unas pocas aulas de infantil, hasta convertirse en un colegio internacional de referencia, su directora, Arantxa Armero, hace un balance:
“Hemos evolucionado y aprendido mucho, pero hay algo que no ha cambiado: nuestro propósito de “formar personas para volar alto”. Pertenecer a Grupo Sorolla Educación nos ha permitido mantener siempre ese equilibrio entre la excelencia académica y los valores humanos.”
El valor de las personas
Preguntada por la clave de este recorrido, Armero no duda: “El equipo humano. Personas que creen en la educación y que trabajan con ilusión y compromiso cada día”. Ese propósito compartido, asegura, es lo que ha mantenido vivo el proyecto durante este tiempo.
Una educación personalizada y emocional
La Devesa School ha hecho de la personalización su seña de identidad. “Miramos a cada alumno y alumna de forma individual, entendiendo sus necesidades, sus talentos y su ritmo de aprendizaje”, explica. Este acompañamiento integral —académico, emocional y social— se apoya en la neuroeducación y en un entorno donde la exigencia convive con el bienestar.
“Solo cuando un alumno/a se siente bien, aprende mejor”, afirma.
Internacionalización y competencias para el futuro
El centro combina el currículo español con el Cambridge International Programme, una doble vía que “ofrece lo mejor de ambos mundos” y que prepara a los estudiantes para cualquier destino académico o profesional. Además, el aprendizaje de varios idiomas desde edades tempranas refuerza esa mirada global.
“Aprender idiomas es abrirse al mundo”, subraya Armero, quien también destaca la importancia de la creatividad, empatía y trabajo en equipo como pilares de la educación.

- La Devesa mira cada alumno y alumna de forma individual
Mirando al futuro
La directora reconoce que los retos educativos —como la inteligencia artificial o la baja natalidad— son también oportunidades:
Nos impulsan a ser más flexibles, más innovadores y a centrarnos en ofrecer una educación cada vez más personalizada. Utilizamos la tecnología como una herramienta, no como un fin. Implementamos programas STEAM y recursos digitales que realmente aportan valor al aprendizaje, siempre desde un uso responsable y reflexivo. La tecnología puede ayudarnos mucho, pero nunca podrá sustituir la empatía, la escucha o la conexión humana. El acompañamiento docente seguirá siendo clave para despertar el pensamiento crítico, la curiosidad y los valores que hacen que cada alumno y alumna sea una persona completa, afirma Arantxa.
Con emoción, Arantxa Armero concluye con un mensaje de gratitud a toda la comunidad educativa: “Gracias a cada alumno y alumna, familias, docentes y personas que han formado parte de esta historia. Celebramos 50 años de educación con sentido, y seguimos mirando al futuro con la misma ilusión del primer día”.