ORIHUELA. La concejalía de Patrimonio Histórico de Orihuela ha llevado a cabo trabajos con los que conocer el pasado de la ciudad oculto en el subsuelo. El objetivo es documentar el trazado de lo que fueron las murallas medievales que protegían a la ciudad.
La concejalía ha invertido 3.627 euros para llevar a cabo prospecciones geofísicas mediante georradar durante dos jornadas. La actuación ha sido diriga por Emilio Diz, el que hasta hace unas semanas era el arqueólogo municipal. Oppida S. L. ha sido la empresa encargada de ejecutar estos trabajos que se han desarrollado en seis zonas donde se cree que transcurre la muralla.
Según recoge el Plan Director de Conservación y Restauración del Castillo y Muralla de Orihuela, la ciudad contó con un sistema defensivo andalusí entre otros, que le antecedieron y sucedieron. "Forman un conjunto inseparable del medio físico en que se asienta, el Oriolet, el Monte de San Miguel y el llano aluvial entre éste y el río Segura" describe.
En Uryula, nombre que los árabes le dieron a la ciudad, crearon éstos un "sistema defensivo complejo". Acogía distintos espacios definidos, como la alcazaba y las murallas. Con la conquista feudal, se restauran y remodelan estos espacios, añadiéndoles nuevos elementos. Uno de los más destacados fue, según describe el Plan Director, la muralla de los arrabales y la construcción de troneras. Con el final de la Guerra de Sucesión, el castillo fue demolido en su mayor parte, en 1709, y las murallas habían dejado de cumplir su función. Durante la guerra de independencia se creó un nuevo sistema defensivo.
Las investigaciones que recoge el Plan Director considera que la muralla urbana cercaba toda la ciudad, desde el Monte de San Miguel hasta el río y la Acequia Vieja de Almoradí que servía de foso. Su función además de la defensa de la urbe, es, a través de sus puertas, el control de accesos. En cuanto a la temporalidad las sitúa en época almohade, con restauraciones y reconstrucciones de la época feudal.