Que las graves consecuencias materiales producidas por la Dana han dado un giro de 180 grados a las previsiones de inversión del gobierno autonómico es un hecho. Que Madrid está lejos es otro y que “El que no llora no mama” es una de las frases hechas más ajustadas a la realidad que existen. El que pretende conseguir algo tiene que pedirlo. Del cielo solo cae agua y por aquí, como bien sabemos, muy mal caída.
Y digo esto porque en los últimos días estamos viendo cómo van a llegar 82,4 millones de euros para la Depuradora de Algorós, obra clave en Elche, demandada desde hace muchos años y que, aunque puede tener poco relumbrón hablar de depuradoras, su finalidad es muy relevante para este territorio y es mejorar la gestión del agua y garantizar un sistema más eficiente y sostenible. A poco que conozcamos donde vivimos podemos entender la importancia de avanzar en esta infraestructura.
Otro anuncio importante estos días ha sido la licitación, por parte del Ministerio de Transportes de la redacción de los proyectos para conectar la estación de Alta velocidad Elx/Elche AV con el centro urbano, con la estación del tren de Elche-Carrús, concretamente, y reforzar la operatividad y capacidad de la línea de ferrocarril convencional entre Alicante y San Isidro. En este caso solo la redacción de los proyectos cuenta con un presupuesto de 5 millones de euros.
Lo dicho, todo esto no llega por casualidad sino que es fruto de muchos años demandándolo. Quizá demasiados.
Una nunca sabe si el que gobiernen en València o Madrid del mismo partido que aquí o del contrario es mejor o peor. Las hemos vivido de todas las maneras.
Cuando coinciden, los políticos locales hablan con la boca pequeña “no se molesten los de arriba” porque ya sabemos cómo funcionan los ascensos dentro de la mayoría de partidos políticos. Y cuando son partidos políticos diferentes en el municipio y en las otras administraciones, los políticos de València o Madrid se resisten a invertir en proyectos que va a “rentabilizar” otro partido político. No sé si me entienden.
Al final la política actual se configura mucho más por lo que da votos que por lo que es necesario para este o el otro territorio. Se hace un mix, pero lo que priorizan desde los partidos es lo primero en la mayoría de ocasiones.
Esto es así y tanto lo es que cualquier administración tiene expertos que programan las inversiones y proyectos teniendo en cuenta los 3 años y medio de legislatura para llegar a las elecciones en las mejores condiciones. Es decir, inaugurando y con bajadas de impuestos o manteniendo. Por eso se modificó la ley de Régimen Electoral que ahora prohíbe inauguraciones o propaganda institucional meses antes de los comicios. (De todos modos se sortean con cierta facilidad estas cosillas).
De todos modos no me gusta generalizar porque conozco casos donde el carisma del político local y el respaldo de su municipio le avalan para trabajar sin ataduras por el bien de su pueblo. También en Elche he contado muchas veces lo pesada que era Encarna Marco, concejala de Educación a la que no le dolían prendas e insistía e insistía para pedir a otras administraciones estuviera quien estuviera.
Un ejemplo de todo esto es que como no lloremos no tendremos nuevo Palacio Congresual. Fue una promesa electoral de hace dos legislaturas y de un político que fue defenestrado un mes después de prometerlo. Este es un tema que además, nos escuece especialmente porque prácticamente discurría paralelo al nuevo palacio de Alicante, pero no llevan ya la misma velocidad. Aquí pensando en un concurso de ideas que es el eufemismo más obvio a un “alarga el tema como puedas” y en Alicante ya a punto de licitar.
Elche es un municipio muy grande para tener ayudas importantes de la Dipu y no es capital de provincia para tener grandes inversiones de la Dipu. Todo mal. Habrá que ponerse a llorar por todos lados y desde todas partes o nos quedamos atrás. Piénsenlo.
