Opinión

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La sentencia de Toni Pérez, la ruina de Benidorm

Publicado: 05/09/2025 ·06:00
Actualizado: 05/09/2025 · 06:00
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Toni Pérez aspiraba a ser una figura histórica, como Bernat de Sarrià, un alcalde carismático al nivel de Pedro Zaragoza. Y a decir verdad, que será recordado durante décadas y quizás siglos, aunque no como él hubiera querido. No hay precedentes en España de una sentencia a este nivel, un castigo como el que se preparan recibir los vecinos de Benidorm: 344 millones de euros, y subiendo los intereses, el equivalente a 2 presupuestos y medio. Inasumible. Quiebra técnica según el departamento municipal de Intervención, que afirma que si se confirma no podrían mantenerse los servicios de ciudad turística que en la actualidad ofrece. Casi nada.

El asunto es de tal gravedad, que éste mismo alcalde, señalado por opacidad y falta de transparencia por hasta cinco organismos independientes (Agencia Antifraude, Síndic de Greuges, Defensor del Pueblo, Consell de Transparencia y Tribunal de Cuentas) ha cambiado de estrategia y ha optado en este caso por dar toda la información a la oposición, e invitarnos desde la sentencia del Tribunal Supremo casi con frecuencia semanal a su despacho, convocando Junta de Portavoces. El fin -no me cabe duda- es socializar a toda la Corporación el negro futuro de las decisiones que aguardan.

Tiempo habrá para analizar la estrategia jurídica, si es que la ha habido, y su coste. Respecto a la mediática, perdido y dando tumbos, de pedir tranquilidad a tener que admitir públicamente el abismo que señalan los informes... Lo que no podemos pasar por alto es la decisión política que nos ha llevado a esta crisis, que es la que está en el origen de todo el proceso y que tiene de forma exclusiva un responsable con nombre y apellidos: Antonio Pérez Pérez. Fue él quien cambió la postura de su partido. Fue él quien modificó la hoja de ruta del consistorio. Fue él quien encargó informes técnicos que avalaran su decisión. Y a pesar de la gravedad del tema, a pesar de las veces que se lo hemos pedido, todavía no ha dicho por qué lo hizo.

  • Serra Gelada, en Benidorm. -

Para saber de qué hablamos tenemos que remontarnos al año 2003 cuando, en Benidorm, un todopoderoso PP y varios constructores amigos jugaban al monopoli con los desarrollos urbanísticos pendientes del Plan General y otros grandes proyectos emblemáticos (los sospechosos sobrecostes y las obras ilegales como la Estación de Autobuses). Eran tiempos en el que todos eran zaplanistas, y había hilo directo con València, entre otros, con el conseller de Medio Ambiente Fernando Modrego, que anunciaba la creación del Parc Natural de Serra Gelada. El PP local se adelantó a la decisión de la Generalitat y decidió firmar un acuerdo con los propietarios de los terrenos, bajo el pretexto de preservar el paraje que iba a ser protegido: la edificabilidad se trasladaba al desarrollo de otros sectores pendientes de construir. El PSOE se opuso al canje. Está todo en las actas oficiales. Se advirtió de la barbaridad que suponía dar el paso, que se creaban derechos a los propietarios y que era competencia de la Generalitat. Hace 22 años de aquello, pero Toni Pérez ya estaba allí. Bueno, en realidad lo ha estado siempre, ¿no? Podía haber expresado dudas, diferencias, temores… pero alzó su brazo de concejal del PP y votó a favor. Y el convenio se hizo efectivo.

Toni Pérez y el PP mantuvieron su posición respecto a aquella decisión de forma firme y continuada. Es así como el 2010, cuando el alcalde socialista Agustín Navarro se interesó por modificar la situación no lo pudo hacer y los técnicos aconsejaron renovar el maldito convenio del PP, el que votó Toni Pérez en 2003. Ya sabía entonces Navarro que si no lo hacía la condena sería millonaria. Toni Pérez y el PP votaron a favor de la renovación, como el 2003, y en el transcurso del pleno del 2010 se deshicieron en elogios al acuerdo que ellos impulsaron, con el añadido de que ahora arrastraban al PSOE a votar a favor (las actas dan fe). Sin embargo, ¡oh sorpresa! todo cambió después, a partir del año 2013. Y, sobretodo, en la siguiente etapa, cuando Pérez hizo realidad su sueño y asumió la alcaldía en 2015 y proclamó solemnemente su ‘hoja de ruta’ respecto a este tema, que pasaba por un giro en el timón de 180 grados. ¿Qué ocurrió para que aquello que era tan bueno para el futuro de Benidorm ahora debiera ser anulado?

Trabajador, muy trabajador, campechano, cercano, calculador… Sin duda. Pero hay que tener en cuenta que la humildad no es una de las cualidades de Toni Pérez, y tampoco la capacidad de reconocer errores y cambiar de postura, mucho menos a la radicalmente contraria. Para ubicarse, recomendamos al lector que recuerde el contexto político del 2013, la división de la derecha local que apartó al PP del poder durante seis años y los ilustres apellidos (algunos propietarios de Serra Gelada) que completaban la ‘otra’ lista conservadora, la que terminó pactando con Navarro en 2011 e impidiendo a Pérez su acceso al gobierno de Benidorm, ese poder que entiende le corresponde a él y a nadie más. Quizá ahora sí tengamos algunas claves que nos puedan servir para entender ese inexplicable cambio de postura, esa decisión política, previa a informes técnicos y a dictámenes de los que por cierto también debemos hablar algún día.

Por votar en 2003 a favor del convenio, por rechazar en 2015 su renovación, por ocultar a la ciudadanía qué hay detrás de estas decisiones. Por su desmedida ambición de poder (¿Diputación? ¿Generalitat?). Por todo lo que tendrá consecuencias tan graves, es por lo que Toni Pérez no puede continuar de alcalde ni un minuto más. Porque su sueño personal se ha convertido en una pesadilla económica para la ciudad. Ya les avanzo que no dimitirá jamás, que no reconocerá errores y acusará a otros (¿a Pedro Sánchez? ¿al Botànic?) porque él, que se ha disfrazado de zaplanista, campista y mazonista, en realidad es toniperezista y siempre se pondrá por delante de Benidorm. Toni no acepta consejos y solo se rodea de aduladores que bailan al son de su xirimita. No le lleven la contraria, porque es capaz de todo, aunque la consecuencia sea la quiebra de Benidorm.

Cuando Toni Pérez rechazó en un pleno apoyar que la Generalitat mantuviera el presupuesto a la AVL y se opuso a blindar la ley Trans valenciana de 2017 le lancé una frase que le viene como anillo al dedo: “Puedes engañar a todas las personas una parte del tiempo y algunas personas todo el tiempo, pero no puedes engañar a todas las personas todo el tiempo”.

Y dicho esto, a creyentes y no creyentes, tan solo nos queda pedir a la Virgen del Sufragio que en el Tribunal Constitucional se obre un milagro. Mucho nos tememos que mientras tanto Toni Pérez, alegre, continuará con sus fotos por la provincia tratando de hacer “historia”.

 

Sergi Castillo Prats es portavoz adjunto del grupo socialista en el Ayuntamiento de Benidorm.

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