El Gobierno de España aprobaba hace unos días la regularización, con permiso de residencia y de trabajo, a 25.000 personas inmigrantes afectadas por el diluvio del pasado mes de octubre en València. En principio la medida durará un año: es una ventana abierta a que los migrantes afectados demuestren arraigo en Extranjería para consolidar la residencia, condición a su vez indispensable para entrar en el mercado laboral sin someterse a los caprichos fluctuantes, cuando no pura explotación, del mercado negro. Todo un bucle por el que tienen que pasar los migrados “sin papeles”, incluidos los refugiados y demandantes de asilo político.
El vicepresidente de la Generalitat Francisco José Gan Pampols, nombrado ad hoc por Mazón para las tareas de reconstrucción, ha celebrado la medida gubernamental: “Son más que bienvenidos y tienen los derechos de cualquier trabajador”. Como segundo argumento esgrimía esta misma semana las necesidades laborales que se han creado en la Zona Cero por los estragos de la riada. Algún que otro periodista, 'progres' de manual, han aplaudido con las orejas la empatía de Pampols con la medida de Gobierno por el mero hecho de que nuestro protagonista es teniente-general en la reserva, presuponiendo que una persona así tendría que tener esquemas autoritarios y facciosos y obviando de paso todas las misiones internacionales de paz en las que está presente el Ejército. Prejuicios bobos.
Lo de Pampols ha sentado peor que un tiro a Vox: “Es un infiltrado del traidor Pedro Sánchez” ha vomitado José María Llanos,el portavoz de los ultras en Les Corts. Era esperable: la ultraderecha además de esperpéntica en su retórica de botellón de garrafa es excesivamente obvia. Lo que no era tan previsible es el indisimulado malestar del Partido Popular. Mutis del presidente de la Generalitat. Y una salida por la tangente de la vicepresidenta Susana Camarero subrayando a medias las declaraciones de Pampols en su segundo argumento de que hace falta de mano de obra para la reconstrucción. Hay mucha desmemoria en el PP y en casi todos los partidos: José María Aznar ya regularizó a cientos y cientos de “sin papeles” a los heridos y familiares de los fallecidos tras los fatídicos atentados de Atocha, marzo de 2004.
Seamos realistas: al PP le ha sentado como un tiro lo de Pampols porque se aumenta la distancia de probabilidades de que los ultras le aprueben los presupuestos para 2025. Se aumenta aún más en tanto en cuanto Santiago Abascal ya ha dictado una 'fatwa' instando a los suyos a que se abstengan de ratificar presupuestos en todas las comunidades autónomas donde venían dando soporte legislativo al PP. La justificación de la orden es que el PP, la derecha europea, tiene que romper con los socialistas en todas las instituciones de la UE. Vox juega a reventar y recoger los frutos del árbol zarandeado, el propio sistema.
El texto y el contexto se le pone negro a Mazón por momentos. Hasta Las Provincias le afeaba hace un par de semanas que el Consell estuvo rehusando el ofrecimiento de otras comunidades autónomas como Cataluña, País Vasco, Navarra, Extremadura....No cito los últimos líos de las severas alertas de Aemet que se lanzaron en torno a las 15 horas del fatídico día de autos. Nubarrones que urge despejar cuanto antes ante la Justicia, ante los afectados, y ante toda la opinión pública.
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The Brutalist es cine con mayúsculas. Dirigida por Brady Corbert y protagonizada por un Adrien Brody que se sale de la pantalla en uno de sus mejores papeles. Se trata de un relato poliédrico sobre el sueño americano, sobre los supervivientes de los campos de concentración nazis, sobre el amor, la desesperanza, el cinismo...y la judeofobia que anidaba en EEUU en los años cincuenta en las clases medias y en las elites (barrera que se medio rompió con Henry Kissinger, de origen judeo-alemán, en los años 70). Una película brillante con una reflexión muy lúcida sobre los postulados estéticos y funcionales de la arquitectura y el diseño de la Escuela de la Bauhaus, incluido el ramal brutalista: hormigón y mármol al desnudo, cara vista, con geometría mística y espartana. Pero siempre bajo la premisa de “menos es más” (Mies Van der Rohe) por muy grande que fuera el edificio o monumento. Peliculazo. Alguien ha querido ver similitudes con El Manantial de King Vidor. 1949. Coinciden un poquito nada más.