Opinión

Francisco Camps reverdece

  • Camps, durante el acto montado en julio del año pasado

De un par de años a esta parte se van sucediendo eventos con formato cena/homenaje en torno al expresidente de la Generalitat Francisco Camps (2003/2011) como el que se desarrolló el pasado viernes en Paterna, una noticia que Ximo Aguart ha titulado en este mismo periódico, y con mucha retranca, “Camps crece (y se crece) al albor de la debilidad de Mazón”. Dicho así, el expresidente pudiera quedar como un buitre carroñero hurgando en una de sus presas más codiciadas; pudiera ser aunque en honor a la verdad Camps lleva tiempo con los homenajes: antes de las elecciones autonómicas de 2003 y en función directa de cómo se iban archivando todas sus causas judiciales, desde el cohecho impropio por el caso de los trajes hasta la retahíla de asuntos derivadosde la trama Gurtel en su ramal valenciano, Orange Market y su delegado Álvaro Pérez “El Bigotes”. “Amiguito del alma, te quiero un huevo”.

 

Nunca en la historia democrática de la comunidad autónoma se habían producido tantos casos de corrupción como en la “era Camps”. Desde Rafael Blasco sustrayendo dinero a espuertas a costa de las ayudas para la cooperación internacional (hospital de Haití; programas de potabilización en la dictadura de Daniel Ortega, Nicaragua)  hasta Serafín Castellano, condenado hace unos días por recibir sobornos por la adjudicación de contratos millonarios para la adquisición de hidroaviones  contra los incendios. Castellano se lo cobraba en crudo o en especies (cacerías con ínfulas  faraónicas). No podemos  obviar al “clan Cotino” con el que fuera conseller Juan Cotino, el mismo que falleció varias semanas después de declarar por mordidas en la visita del Papa Benedicto XVI en 2006. Hicieron negocio hasta con los urinarios públicos, aunque el meollo se centró en las retransmisiones de la entonces televisión autonómica Canal-9. Y su sobrino Vicente Cotino, trapicheando con obra pública y con la adjudicación de geriátricos, O el que fuera presidente de la Diputación de Valencia, y alcalde de Xàtiva Alfonso Rus, condenado por malversación. O la expresidenta de Les Corts y exconsellera de Turismo Milagrosa Martínez. O la ex directora del  IVAM, esposa de Blasco, Consuelo Ciscar.

 

No sigo porque de lo contrario no acabaría. Al menos Eduardo Zaplana, condenado a 10 años y cinco meses por mordidas en las concesiones de las ITV se lo llevaba él solito en selecta compañía de su jefe de gabinete y algún amigo de Benidorm. Sirva la ironía (hiperbólica). En los 8 años que ejerció su mandato Camps nunca se había producido en España tanta concentración de “chorizos” por metro cuadrado. Es obvio que no se enteraba de lo que tenía a su alrededor o si se enteraba se hizo el esquimal. Parte de los apoyos que recibe ahora son restos de serie, resabiados, catolicones de golpes en el pecho, o delincuentes confesos como el expresidente de la Diputación de Castellón Carlos Fabra, el suertudo de la lotería nacional.

  • Imagen de archivo de María José Catalá -

 

Camps tiene que purgar sus penas aunque el tiempo lo suele borrar todo. Lo que menos me agrada de él, lo confieso, es su mentalidad visionaria: como cuando concedió una entrevista a Telva si no falla la memoria asegurando, con foto idílica en la Albufera,  que se veía a sí mismo como presidente de España. Eso fue en los años de plomo en los que afloró toda la 'merdé' que le rodeó. Se trata de un caso de desconexión pura y dura con la realidad. Visionario: aunque los he repetido muchas veces lo vuelvo a hacer: en alguna ocasión se autoproclamó como depositario de los designios históricos del pueblo valenciano y del Antiguo Reino. Sin comentarios. Se  especula que para las próximas elecciones se postule a la Alcaldía de València en el caso de que la alcaldesa María José Catalá sea la candidata a la presidencia de la Generalitat (donde también salta el nombre de Esteban González-Pons). En fin: larga vida a Francisco Camps.

 

  • El cofundador de Podemos, Juan Carlos Monedero. -

 

Desde 2015 se sabía que Juan Carlos Monedero era un sobón con las chicas y un machirulo. Se sabía en los círculos más selectos de Podemos dirigidos por Pablo Iglesias, otro macho alfa. Monedero se comportaba como un “baboso” y aún así se ha mantenido hasta anteayer como referente podemita a pesar de que  las denuncias internas que han tenido que  Ione Belarra e Irene Montero. También había denuncias internas en la Complutense donde ejerce de profesor titular de Ciencias Políticas. Un varapalo para la formación de extrema izquierda. No hace falta marearse sobre el sexo de los ángeles: la única diferencia con Íñigo Errejón es que este último dimitió de todo 10 minutos antes de que se presentara una denuncia por acoso sexual en medio de varias denuncias anónimas divulgadas por Cristina Fallarás. No quisiera cebarme con Podemos y con su discurso feminista y “queer”. Pero tiene bemoles la cosa. Ojo; en el PSOE (Tito Berni)y en el PP también hay bastantes babosos y puteros. Por prudencia, el PP no debiera echar fuego a la hoguera, Cuca Gamarra, por eso de ver la paja en el ojo ajeno y no en el propio.Y no es preciso remontarse al “caso Nevenka” ( excelente película la de Icíar Bollaín).

 

CODA: Diana Morant anuncia que el PSPV-PSOE se va a personar en la causa de la DANA que se instruye en los juzgados de Catarroja. ¿Pedirá la citación de la que era ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera,  o del presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar Miguel Polo? Es obvio que lo socialista salivan con Carlos Mazón, “un yonki de la mentira” según le espetó   en Les Corts el portavoz socialista José Muñoz (con parte de razón).

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