ALICANTE. El arte de las hogueras es una seña de identidad de Alicante, una tradición que combina creatividad, crítica social y técnica artesanal como pocas en el mundo. Cada junio, nuestras calles se transforman en un museo efímero al aire libre, y detrás de cada obra hay una historia de dedicación, talento y esfuerzo. Pero si queremos que esta tradición perdure con fuerza, debemos mirar más allá del presente y pensar en quiénes tomarán el relevo.

Las nuevas generaciones de artistas están demostrando una gran preparación, muchas veces comenzando desde muy jóvenes a trabajar en talleres y firmando sus primeras hogueras infantiles. Este es el camino natural para aprender y crecer, pero lo que debería ser una etapa de transición hacia proyectos mayores, en muchos casos se convierte en un punto de estancamiento.

Desde el gremio, observamos con preocupación cómo muchos artistas jóvenes permanecen durante años en el ámbito infantil sin poder dar el salto a las hogueras adultas. No por falta de capacidad o ambición, sino porque no se les da la oportunidad. Y es aquí donde el papel de las comisiones es absolutamente determinante.

Son las comisiones las que deciden a quién confiar su proyecto, y con ello, marcan la dirección del futuro artístico de la fiesta. Entendemos la responsabilidad que supone encargar una hoguera adulta: hay presupuestos importantes, expectativas elevadas y un escrutinio constante. Pero también sabemos que si no se apuesta por los nuevos talentos, nunca podrán demostrar su valía. Y sin relevo, no hay futuro.

Alicante cuenta con una cantera excepcional y debemos hacer todo lo posible por mantener ese talento”

Es fundamental que esas oportunidades se dirijan especialmente hacia nuestros artistas alicantinos, que han crecido en la cultura de Fogueres, que conocen la esencia de la fiesta desde dentro y que sienten esta tradición como algo propio. Alicante cuenta con una cantera excepcional, y debemos hacer todo lo posible por mantener ese talento aquí, generando un ecosistema que les permita desarrollarse profesionalmente sin tener que buscar otros horizontes.

Apostar por un artista joven y alicantino no es una decisión a la ligera, pero tampoco debería ser una excepción. En muchas ocasiones, estos artistas llegan con una sólida formación técnica, con años de experiencia en infantiles y con una mirada renovadora que puede enriquecer enormemente el panorama creativo de nuestras hogueras. Lo que necesitan es una primera oportunidad para demostrar de lo que son capaces.

Desde el gremio, animamos a las comisiones a que den ese paso. Que, al menos en una categoría adulta o en proyectos de menor envergadura dentro de la misma hoguera, confíen en las nuevas generaciones de aquí, de nuestra tierra. Que valoren no sólo los nombres consolidados, sino también el potencial, las ideas nuevas y las ganas de trabajar de quienes están comenzando. Porque solo así podremos asegurar que dentro de diez, veinte o treinta años sigamos teniendo artistas que mantengan viva esta tradición con la misma pasión y excelencia que hoy.

La historia de la fiesta está llena de nombres que un día recibieron su primera gran oportunidad gracias a una comisión que confió en ellos. Hoy son referentes. Y esa historia debe repetirse, una y otra vez. No se trata de romper con lo anterior, sino de construir una continuidad. Un equilibrio entre experiencia y renovación.

Por todo ello, este artículo es también un llamamiento: comisiones, abrid la puerta a los jóvenes artistas alicantinos. No solo estaréis contribuyendo a su desarrollo profesional, estaréis asegurando que nuestras hogueras sigan siendo un referente artístico, cultural y festivo. El futuro ya está aquí, en los talleres, esperando su oportunidad. Démosle forma, juntos. 

* Joaquín Rubio Yáñez es Maestro Mayor del Gremio de Artistas de Hogueras