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Contra la transfobia

Publicado: 24/02/2025 ·06:00
Actualizado: 24/02/2025 · 09:43
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La LGTBIfobia, entendida como la discriminación y hostilidad hacia las personas lesbianas, gais, bisexuales, transgénero, intersexuales y otras identidades de género y orientaciones sexuales diversas, sigue siendo una realidad palpable en nuestra sociedad. A pesar de los avances legislativos y sociales en favor de la igualdad y la diversidad, los actos de odio y discriminación continúan afectando a miles de personas en todo el mundo.

La Federación Estatal LGTBI+ ha publicado el Informe Estado LGTBI+ 2024, que ofrece una radiografía exhaustiva de las condiciones socioeconómicas y laborales del colectivo en España. Los datos son contundentes: a pesar de los avances legales, las personas LGTBI+ continúan enfrentando desigualdades profundas que limitan su acceso a derechos básicos como empleo, vivienda y seguridad.

 

El informe destaca que tienen un 13% más de riesgo de sufrir situaciones de pobreza, con una tasa de riesgo del 30,6%. Este dato, que afecta especialmente a mujeres lesbianas y personas trans, se agrava con la elevada precariedad laboral. Un 14,7% de los hogares del colectivo tiene una baja intensidad laboral —menos de dos meses trabajados al año—, mientras que la temporalidad sigue siendo una constante, poniendo en riesgo la estabilidad económica de miles de personas.

 

A estas cifras de precariedad económica y laboral se suma una realidad devastadora: la violencia extrema que enfrentan las personas LGTBI+ en situación de sin hogar. Según el informe, un 23% de las personas del colectivo ha experimentado situaciones de violencia en algún momento de su vida. Entre quienes han estado en situación de calle, las tasas de agresión física se quintuplican, y un 50% reporta haber sido víctima de discriminación en el último año. Y a ello hay que sumar que el sinhogarismo en el colectivo LGTBI+ es una consecuencia directa de la discriminación, el rechazo y la exclusión social.

 

En CCOO rechazamos de forma contundente el fenómeno de la LGTBIfobia, rechazando desde todos nuestros ámbitos y capacidad movilizadora los delitos de odio, ataques verbales, agresiones físicas y asesinatos que se vienen produciendo contra personas LGTBI+ por el hecho de serlo, o ser percibidas como tales.

 

Es fundamental reconocer que la LGTBIfobia no solo se manifiesta en agresiones físicas o verbales, sino también en actitudes y comportamientos cotidianos que perpetúan estereotipos y prejuicios. Nadie está libre de prejuicios y nuestro comportamiento está marcado directamente por todos los estereotipos y dictámenes del imaginario colectivo y cultural que arrastramos acerca de las personas LGTBI. Cortar ese mecanismo es difícil, pero no imposible, si atacamos la base del prejuicio, que es el desconocimiento.

En el plano local, la edil de extrema derecha, Aurora Rodil (Vox), afirmó que las mujeres trans no son mujeres y que no rechazan a las personas trans “mientras no perjudiquen al prójimo”. Además, asegura que no se va a retractar porque “no es ofensivo para nadie, solo son ideas filosóficas”.

Yo tengo mis ideas, no sé si filosóficas, pero utilizar en la misma frase personas trans y perjudicar tiene una intencionalidad perversa, oscura y sucia.

“Vox no discrimina a nadie ni se mete en la vida privada de nadie”, afirmó Rodil y pienso yo: “¿Y tendremos que darle las gracias, por ello?”

La libertad de expresión es un derecho fundamental que permite a las personas expresar y difundir sus ideas, opiniones e información sin temor a represalias o censura. Este derecho es esencial para el funcionamiento de una sociedad democrática y está protegido por instrumentos internacionales como el artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos. Asegurar como hizo la edil Auroral Rodil que las mujeres han recibido una "gran agresión" con la aplicación de la Ley Trans, sin identificar la agresión ni dar datos, vuelve a significar algo más que decir lo que a una le parezca. Porque de una responsable política en el gobierno se espera más.

El silencio y la complicidad son igual de graves que esos ataques verbales y esas es la posición del gobierno en el Ayuntamiento de Elche, con lo que se está perpetuando y blanqueando un discurso tránsfobo en el municipio.

Y hablando de religión, el Nuevo Testamento proporciona orientación sobre cómo debemos tratarnos unos a otros, lo cual es especialmente pertinente en las discusiones sobre identidad de género. Las enseñanzas de Jesús enfatizan el amor, la compasión y la aceptación. En Mateo 22:37-40, Jesús resume la ley con dos mandamientos: "Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente" y "Ama a tu prójimo como a ti mismo". Este llamado a amar a nuestros prójimos se extiende a todas las personas, incluidas las personas transgénero. Como cristianas, estamos llamadas a amar a nuestros prójimos, afirmar la dignidad de todas las personas y apoyar a aquellos que están marginados. Al escuchar las experiencias de las personas transgénero y buscar entender sus perspectivas, podemos reflejar mejor el amor inclusivo y transformador de Cristo en nuestras comunidades.

Basta ya de discursos blanqueados y amemos al prójimo como a nosotras mismas, mismos, mismes.

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