ALICANTE. La pandemia ha acelerado algunas transformaciones pendientes en el sector inmobiliario (como la digitalización) y ha introducido algunos matices a la demanda (como el tipo de vivienda que se busca tras el encierro), pero en general las empresas ya habían detectado esos cambios antes del confinamiento y habían comenzado a dar los pasos necesarios para integrarlos. Así, las nuevas tendencias que han detectado los principales actores del sector son, al margen de la digitalización del proceso que permite vender una casa por internet (excepto el acto de la notaría), la sostenibilidad del proceso constructivo y la eficiencia energética del producto, la reconexión con la naturaleza, espacios adaptados al teletrabajo o una vuelta hacia las viviendas unifamiliares o, al menos, con grandes terrazas.
Pablo Serna, de TM Grupo Inmobiliario, indicó al respecto que "nos hemos tenido que reinventar por la imposibilidad de comunicarnos con nuestro cliente, y hemos realizado más de 600 visitas virtuales". En este sentido, indicó que "un 20% de las ventas se han cerrado con una visita virtual, y firmamos prácticamente todos los contratos con firma digital; solo falta que se digitalice el proceso de escritura para poder firmar a distancia, y la Administración tiene que acompañar en ese cambio". Cristina Morató, de Olivares Consultores, destacó que las nuevas tecnologías han permitido acercarse al cliente pero pidió "una sintonía digital de todos los agentes" con la colaboración del sector público. A su juicio, la digitalización debe permitir acortar plazos y reducir costes para ofrecer una mayor rentabilidad a los principales inversores, que son fondos de capital extranjero.
Alfredo Milla, de Sonneil, recordó que esa tecnología ya se aplicaba antes de la pandemia pero que ahora se ha "acelerado", al multiplicarse por 15 la asistencia a webinars o popularizarse el uso de aplicaciones de videoconferencia o la visita virtual, que "antes costaba y ahora es la primera opción". Jaime Orquín, de Grupo Fil, advirtió de que "la digitalización ha venido para quedarse" y pidió que se aplique a las escrituras, porque "firmar en seis meses en vez de en uno afecta a la cuenta de resultados". Juan López, de Aedas Homes, destacó que a través de su plataforma LIVE Virtual Tours logran vender "un 50% de las viviendas sin que el comprador pise el punto de venta, y el 70% de la documentación se firma digitalmente". Y Javier Ripalda, de Cívica, señaló que la pandemia "nos cogió en la transición del papel al PDF, ahora con 13 megas enviamos un dossier apabullante, y con gafas de realidad virtual se puede visitar la vivienda y moverse por ella". Donde más ha ayudado la digitalización, a su juicio, ha sido con el Big Data que generan los portales inmobiliarios.
Al margen de la digitalización, el mercado demanda nuevas tendencias que ya han comenzado a imponerse, según Sebastián Fullana, de Levantina. "La sostenibilidad y la eficiencia energética ya están consolidadas, nosotros estábamos centrados en abaratar costes y ahora el consumidor demanda otras cosas: sentirse protegido o reconectar con la naturaleza, espacios de teletrabajo en vez de pistas de pádel... ahora saben mucho más y son más exigentes, por ejemplo con la huella de carbono". En este sentido, destacó que su empresa ha notado un aumento de la demanda de las encimeras antibacterias, "que existen hace tiempo pero ahora son un must", de los materiales naturales (madera, piedra...), del kilómetro cero o de las peticiones de customización.
La tendencia a la personalización y los nuevos materiales (que han abaratado su coste gracias a la innovación) son dos líneas que ha detectado Sonneil, mientras TM destaca que "el principal cambio es la exigencia de espacios más abiertos y menos masificados", por lo que se ha disparado la demanda de viviendas unifamiliares y áticos con solarium "aunque sean más caros; la gente lo ha pasado tan mal que prefiere salir más". Aedas confirma que "las unifamiliares, que parecían pasadas de moda, han vuelto con fuerza", mientras que Euroval ha detectado "un crecimiento del 30% en la demanda de viviendas con alta calificación energética", lo que apunta hacia dónde podrían ir los fondos europeos de reconstrucción.
El presidente del Colegio de Arquitectos, Emilio Vicedo, consideró que "lo bueno de la pandemia es que hemos pensado, y se han tomado decisiones que antes parecían problemáticas, porque hay nuevas necesidades funcionales y se producen cambios en nuestros formatos de vida con viviendas que no son flexibles". A su juicio, ha habido un cambio cultural y "estamos ante un momento histórico con la UE apostando por la economía sostenible, y la construcción es fundamental". Los arquitectos están investigando con la universidad innovar con soluciones "adaptadas al Mediterráneo, porque nuestras necesidades no son las mismas que en Pontevedra". Asimismo, consideró que la próxima década estará marcada por la rehabilitación y apostó por aprovechar para regenerar los cascos históricos.