ALICANTE. El 30 de octubre de 1645, la ciudad de València acogió la apertura de las últimas cortes del Reino de València, cuya celebración se alargó hasta el 4 de diciembre y estuvo presidida por Felipe IV. En 1707, la Nueva Planta decretada por Felipe V acabaría con todo el régimen institucional y el ordenamiento jurídico propio que, desde los tiempos de Jaume I, se había ido conformando en el Reino de València. Atrás quedaban 384 años de historia y 55 convocatorias y celebraciones de cortes, de las que únicamente una sesión tuvo lugar en territorio de la governació d’enllà Xixona. Concretamente en la ciudad de Orihuela, capital de dicha gobernación, en la que el 31 de julio de 1488, el rey Fernando II (el católico) promulgó los Furs nous del Regne de Valencia e capitols ordenades per lo Rey Don Ferrando II en la Cort General De Oriola. Las cortes se celebraron en la entonces colegiata del Salvador (actual iglesia catedral).
Hoy os propongo retroceder 377 años para conocer de qué forma los intereses de la ciudad de Alicante y de algunas poblaciones limítrofes estuvieron presentes en las cortes celebradas en València a finales de 1645, las últimas de la etapa foral de nuestro territorio. Recordemos que las cortes se componían de tres brazos: el militar, el eclesiástico y el real; este último aglutinaba los representantes de las ciudades y villas de realengo, aquellas que estaban bajo la jurisdicción del rey, entre ellas Alicante. A grandes rasgos, podemos decir que las cortes forales, además de recibir el juramento del heredero y titular de la corona, aprobaban furs (leyes de obligado y universal cumplimiento) y actes i capitols de cort. Además, en ellas se presentaban los greuges o agravios, esto es, la protesta formulada por los representantes del reino al monarca ante determinadas actuaciones de sus oficiales que vulneraban els furs. El rey, por su parte, presentaba a las cortes la petición del servicio: la entrega de una cantidad de dinero o de una contraprestación.
Entre los asuntos que Alicante llevó a las cortes de 1645 encontramos las obligaciones y gastos derivados de regonéixer los cavalls que paga la dita ciutat de Alacant per a sa defensa, y del lloc de Sant Joan, en clara alusión a la defensa de la costa frente a los ataques e invasiones corsarias. Y en relación con la inseguridad de nuestras costas, esta otra petición elevada al monarca resulta muy ilustrativa. Quienes recalaban en el puerto de La Vila Joiosa estaban obligados a satisfacer el dret de peatge. Esto daba lugar a que, frecuentemente, havent-hi moros en la isla de Benidorm, penyes de Alvir y port de Morayra y pese a que desde La Vila Joiosa se'ls avisa desparant una pesa als vaxells que pasent de la part de ponent, port de Alacant, a llevant, las embarcaciones, con la finalidad de evitar el pago del peaje en el puerto vilero se arrisquen a passar y els catíven los moros. Para evitar los perjuicios que derivaban de ello, el brazo real pidió al monarca proveir que la dita taula del peatge que al present està en dita vila de Vilajoyosa es mude en lo lloc de Orcheta, d'En Sarrià o Finestrat, que son llocs y poblacións que estan més la terra a dins y son capasos per a dita taula. Además, los vecinos de La Vila estiman que si las embarcaciones buscan refugio en su puerto, además de evitarse la captura de estas, se beneficiará a los habitantes de esta población: Podran tenir los veïns de aquella alguna comoditat de vendre alguna figa pansa y atmello que tenen de ses collites, con ocasión de acudir a su puerto dichas embarcaciones. El monarca contestó que demanant-ho per secretaria sa magestat tindrà consideració de lo que se li supplica.