ALICANTE. En el año 1960, la esperanza de vida en España se fijaba, según datos del Banco Mundial, en los 69'11 años, una cifra un poco por debajo de Estados Unidos (69'77) y un tanto más distanciada de Reino Unido (71'13). Debido a factores como el avance de la medicina o los hábitos alimenticios de la población, la longevidad española ha aumentado con el transcurrir de los tiempos hasta situarse en este casi cambio de década en los 83'24 años, según informa el Instituto Nacional de Estadística (INE). Si calculan la diferencia podrán asombrarse con el hecho de que, en poco menos de 60 años, la sociedad viva de media 14'13 años más, sobrepasando a EE.UU y a Reino Unido, quienes en 2019 albergan una esperanza de vida de 81'5 y 81'4 años, respectivamente -según el listado que presentó en abril la Organización Mundial de la Salud (OMS)-. Aunque contar con este extra de vida suponga un regalo por lo intrínseco de vivir, existen ámbitos o aspectos en los que alargar la edad no resulta una ventaja, como puede ser el caso del mantenimiento del sistema de pensiones o las enfermedades.
Para comprender "cómo son nuestros huesos y por qué padecen dichas enfermedades -cáncer, osteoporosis e infección- y cuáles son los remedios que en la actualidad se utilizan para solucionarlas, además de los pros y los contras que tienen estas soluciones", la investigadora premio Rey Jaume I, María Vallet, impartió, el martes 15 de octubre, una conferencia titulada En busca de soluciones para las enfermedades del hueso, integrada dentro del Aula de la Ciencia y la Tecnología, en la Sede Ciudad de Alicante. Además, el día siguiente protagonizó un encuentro con los medios para transmitir los puntos que había tratado en su charla y y resolver cuestiones en torno a su investigación.
"El cáncer y la osteoporosis van muy emparejadas con el envejecimiento. Como cada vez vivimos más, estas enfermedades se vuelven más frecuente y en muchas ocasiones se dan de manera conjunta, o sea que la persona no solo tiene de una clase", responde ante la aparente condena de que una gran parte de la población las padezca. Con el fin de ayudar en estas dolencias y alteraciones óseas, el equipo capitaneado por Vallet se encuentra "investigando en el laboratorio las nanopartículas mesoporosas de sílice, que son partículas muy pequeñas donde dentro podemos meter los fármacos o cóctel de fármacos que hagan falta y fuera, en la superficie, la podemos preparar para que vaya directamente a la zona en la que tiene que actuar", explica.