XÀBIA. El Foro Binomio Agua-Energía, organizada por la empresa municipal de Aguas de Xàbia, Amjasa, y Alicante Plaza, este viernes pasado en el Parador Nacional, abordó las alternativas para reducir el coste del precio del agua y la aportación que a ello pueden hacer las nuevas formas de energía especialmente, la fotovoltaica. Cada uno en un aspecto concreto, las soluciones vinieron de la mano de los catedráticos de la UPV Enrique Cabrera y Jaime Lora y el ingeniero Luisa Brasiero partiendo de una premisa, y es que, como expuso el propio Cabrera, el ciclo natural del agua se ha alterado mucho, sobre todo, en el ámbito urbano e industrial, con un poder de contaminación muy superior al agrícola y ahora todas las etapas necesitan de la energía. Por tanto, el reto de la jornada era también saber cuánta energía necesita cada etapa del ciclo del agua, como dijo el propio Cabrera, y saber la relación coste/beneficio en la gestión.
La primera ponencia vino de la mano de Jaime Lora, catedrático de Químicas de la UPV, que abordó las implicaciones energéticas de la potabilización del agua. Lora habló de la desalación como una de las soluciones a futuro, que puede ser más atractiva según reduzca el precio que ahora le genera los costes energéticos. En España, dijo, el gran consumidor del agua desalada es la agricultura, con un 21% frente al 2% que representa a nivel mundial. Pero el gran objetivo es reducir, insistió, el coste de la energía en el agua desalada, que pase de los 2,5 kWh/metro cúbico que cuesta ahora a 1,2 kWh/m3. La reducción del coste energético pasa, según Lora, por instalar sistemas de bombeo más eficientes; centralizar grupos de alta presión y recuperadores de energía; optimizar la conversión de agua; nuevas membranas (la osmosis es la tecnología de membrana que permite eliminar la salinidad del agua) más permeables (menos selectivas) en las plantas desaladoras; compatibilizar plantas de agua de mar y salobres y aprovechar la temperatura. En el caso de las membranas de las desaladoras, Lora abogó por implantar sistemas híbridos de baja energía basados en procesos osmóticos, lo cual puede rebajar el coste energético hasta los 1,15 kWh/m3 frente a los 2,9 de los procesos de osmosis convencional.
No obstante, Lora reconoce que la reducción del consumo energético, en las ultimas décadas, hace que el agua desalada sea más asequible para el uso municipal e industrial, pero no así para la agricultura, especialmente para cultivos de baja productividad. Pese a ello, admite que "los avances tecnológicos en la desalación de aguas, a corto y medio plazo, que anuncian reducciones de hasta un 50% de la energía actual, harán mas asequible y sostenible su uso generalizado, incluida la agricultura".
También advierte que ante el impacto del cambio climático en los recursos disponibles, "la desalación de aguas tiene el potencial de desempeñar un papel clave en el suministro público de agua". En todo caso, añadió, "el conocimiento del nexo del agua con la energía es fundamental para la planificación y gestión de ambos recursos en un futuro.