ALICANTE. Gonzalo Giner (Madrid, 1962) es una especie de Clark Kent; compagina dos oficios e, incluso, va un paso más allá: los entremezcla. Veterinario y escritor, trata de contar historias en las que no falta la presencia animal. Así lo hizo en El sanador de caballos o La bruma verde, y ahora en su nueva novela La sombra de los sueños (Planeta, 2024), en la que los caballos adquieren un rol protagonista. También lo hacen el arte, la ciencia y Saladino, el sultán y unificador del islam del que el escritor ha querido plasmar tanto su figura bélica como personal. El autor presentará su última publicación este viernes 19 de abril en las Veladas Literarias del restaurante Maestral, organizadas por el Grupo Vectalia.
- Hay dos tipos de escritores: los que desvelan por dónde va el libro con el título y los que no ofrecen ni una pista con él. Tu nueva novela, La sombra de los sueños, deja claro de qué equipo eres tú...
- Justo esta novela es un gran juego de ilusionismo desde la primera hasta la última página y solo al final se entiende por qué camino voy a llevar al lector.
- De hecho, en el planteamiento la novela puede recordar a cualquier capítulo de los Simpsons: empieza hablando de una cosa y acaba con un tema diferente. ¿Se te fue ocurriendo la historia a medida que la contabas o ya sabías dónde querías derivar?
- La historia estaba pensadísima antes de empezar a escribir. Tenía clarísimo que quería intentar hacer un juego de malabarismo dejando pistas falsas a lo largo de la novela, todas muy pensadas. Que el lector creyera que sabía por dónde iba a ir para cambiarle los planes...