ALICANTE. "Mi madre me puso este nombre porque cuando estaba embarazada de mí estaba leyendo una novela cuya autora se llamaba así". Lo que no sabía la madre de Evelyn Kassner era que había creado la precuela perfecta para la historia que ahora desenlaza con su hija convertida en escritora. Un círculo perfecto. La alteana (que reside ahora en Alicante) ha publicado su ópera prima, La casa de las flores blancas, un thriller que fusiona ficción con elementos prestados de la realidad.
Sin hacer demasiado spoiler, Kassner cuenta que la trama se sitúa en Baden-Baden, un municipio de la Selva Negra al que la gallega Adela Ulloa decide viajar para tomarse un año sabático. Ya en el país germano la protagonista vivirá dos historias de amor: la suya con Klaus, un profesor de historia alemán, y, como bonus track, una ajena que le sucedió a la propietaria del lugar donde se hospeda, la casa de las flores blancas, una mansión del siglo XIX que perteneció a la baronesa Chloris Von Friedman, quien tuvo un romance extramatrimonial con el zar Alejandro II.
"A raíz de indagar en esta historia, se desenvuelve una vorágine de acción, suspense y misterio, con la aparición de una organización internacional secreta rusa que hará que la vida de Adela corra peligro", desvela la autora. Y apunta que "lo que se suponía que iba a ser un viaje sabático se convierte en una pesadilla". Pese a que las páginas de la novela avanzan con las dos parejas, van apareciendo personajes que la escritora ha colocado en la trama traídos de la vida real. "Durante el siglo XIX, Baden-Baden fue una especie de meeting point de la alta sociedad, algo que me llamó mucho la atención cuando viajé por primera vez al lugar", explica.