ALICANTE. La Asociación de Empresarias, Profesionales y Directivas de Alicante (AEPA) agrupa a un amplio colectivo de mujeres profesionales de la provincia procedentes de todos los sectores empresariales privados y de la Administración Pública. Marcela Fernández es la presidenta de la asociación desde finales de 2019 y los retos y claves que se encontró en su llegada han cambiado por completo debido a la situación sobrevenida por el coronavirus y el cambio del panorama actual en la empresa en Alicante. El acto central en torno al que iba a versar 2020 era la preparación el 25 aniversario de AEPA y el reconocimiento de las empresarias alicantinas; ahora, todo ese esfuerzo se vuelca por completo en dar impulso a las asociadas. Fernández habla con Alicante Plaza para contar, desde el punto de vista de AEPA, el momento que vive la empresa en Alicante y cómo se arman para salir adelante.
¿Cómo han cambiado los retos para AEPA en 2020, antes de la crisis de coronavirus y después de esta situación?
En la asociación teníamos proyectos muy bonitos. Este año es nuestro 25 aniversario y preveíamos un acto central para reconocer a las mujeres que han pasado por aquí. Este año ya no se hará, no es el momento. Los esfuerzos y la parte económica que presupuestamos para ese evento irá a dar impulso a las asociadas, tanto en iniciativas individuales como colectivas. Ahora no tenemos datos que permitan saber si al final de la crisis estaremos mejor o peor, pero sí que nos hemos encontrado con sorpresas. En estos meses se ha reforzado muchísimo la organización, existe una tarea colaborativa extraordinaria y mucho apoyo para salir adelante. En este sentido, esto es una parte positiva, que es la unión para superar dificultades.
¿Qué opinión le merece el "Plan de transición hacia una nueva normalidad" de Gobierno?
Desde AEPA la primera reunión completa que tuvimos fue el 25 de marzo para valorar la situación de las empresarias. El sentimiento era de un temor absoluto por la paralización y la incertidumbre. A lo largo de este tiempo, lo que hemos visto es que ninguna se ha quedado parada. Las asociadas han planteado nuevas fórmulas para seguir adelante y no cesar la actividad por completo, adaptándose a la nueva demanda. Y es que también ha cambiado la forma de pensar el hecho de que entre todas podemos movernos. La preocupación de asociadas y empresas es que ahora no podemos hacer actividades presenciales y muchos trabajadores están en situación de ERTE. Lo que consideramos es que, si ahora se levanta el Estado de Alarma y a la empresa solo se le permite funcionar al 30%, algunas no podrán permitirse, de golpe, la vuelta de todos los trabajadores desde el ERTE. Es decir, igual que hay desescalada en los movimientos, también tendrían que hacer un plan así en la incorporación de trabajadores afectados por los ERTE, en función de la actividad que se recobra. Flexibilidad en este sentido. Porque si no es así, la solución para algunas firmas será o un nuevo ERTE o que salgan de la empresa. La liquidez también es otra fuente principal de preocupación. Las empresas reclaman préstamos y créditos y un 27% se están denegando. Hay compañías que no tienen liquidez para poder abordar la situación y eso crea una rueda perversa en la que una persona no puede pagar a un proveedor, y a la vez ese proveedor tampoco puede hacerlo y si el dinero no fluye es un peligro.