VALÈNCIA. Las voces se acallan cuando la puerta se abre. La visita, que había sido anunciada con anterioridad, llega a una de las aulas del Centro Joven del municipio valenciano de Xirivella. Con ella, los diez jóvenes que antes participaban en una actividad junto a su coach ven rota su cotidianidad. Una decena de alumnos y alumnas, de entre dieciséis y veintiún años, que, aun exhibiendo personalidades e historias de procedencias lejanas entre sí, en su mayoría comparten un sentimiento común que les hace estar aquí sentados: la desmotivación. Un desaliento propiciado por su experiencia personal dentro del sistema educativo y que, como consecuencia, les llevó a dejar los estudios en busca de otras opciones.
La Comunitat Valenciana es la octava autonomía en cuanto a abandono educativo temprano de la población de dieciocho a veinticuatro años, con una tasa del 12,8% en 2021, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Cifra que, no obstante, ha mejorado con el pasar de los años, ya que, en 2011, se situaba en el 26,7%. Estos jóvenes quieren dejar atrás esa sensación, de la mano del programa Jove Oportunitat (JOOP) del Instituto Valenciano de la Juventud (IVAJ). El proyecto, cofinanciado por el Fondo Social Europeo y adjudicado a la empresa madrileña Siena Educación, se posiciona, a día de hoy, como una vía complementaria de refuerzo para aquellos adolescentes que ni estudian ni trabajan. Chicos y chicas que desean descubrir una vocación para poder retomar su formación o encontrar un empleo. De hecho, el 70% de los jóvenes que decide apuntarse al curso consigue ese propósito, según información aportada por el equipo encargado del mismo.