VALÈNCIA. Procrastinar, ese placer culpable que a cualquiera enerva y a la vez encanta. A veces sale algo útil de esta acción, nuevas aficiones, muchos saberes inútiles pero que pueden hacer que uno se luzca en el Trivial y a veces hasta un descanso, aunque siempre se obvie la tarea principal. En este caso la muestra Antes que nada nace de esta misma acción, pero de una forma mucho más artística y peculiar. Explica Luis Galbis que la exposición surge “casi por casualidad”, en un impulso de pintar de una forma inconsciente y a la vez lúdica, y sin pretensiones: “Antes que nada es una expresión que indica qué es lo que se va a hacer primero, qué es lo que se considera como más importante. Quizá pintar, o ponerse a pintar si no vives de ello, no es lo más útil y prioritario pero tal vez ahí es donde reside su importancia”, explica.
La exposición surge de esta misma manera lúdica. El ilustrador explica que todo nace en el momento en el que se entretiene "un rato" tras las clases de dibujo y pintura que imparte en Mislata. Al terminar las clases comenzó a coger la pintura sobrante de las alumnas se puso a crear: “Poco a poco fui pintando cuadros casi sin darme cuenta. Yo no soy pintor, me da mucho respeto autoproclamanme, mis nociones de Bellas Artes siempre se han enfocado a la ilustración”, aclara, “me daba mucha rabia que se quedara pintura sin usar, y un día cogí un lienzo y poco a poco me enganché a pintar”. Su trabajo, llevado desde la calma, es lo que le permite hacerlo sin pretensiones y perdiendo el miedo a la pintura de caballete. Una vez contó con el encargo de la exposición si que comenzó a contemplar parte de lo que le rodeaba para mostrarlo, de hecho algunos de sus bodegones (que ahora dibuja) ya los había recreado en tela o en otros formatos.