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‘SI LOS PECES HABLARAN DEL TARDEO’ ACABA Y HACEN BALANCE 

Los peces han hablado: “Nuestra función ha sido dar visibilidad a la incapacidad de las instituciones para dar soluciones”

  • La morena liberada recorre la calle Castaños como un centro de observación móvil

ALICANTE. Tres han sido las acciones del proyecto cultural Si los peces hablaran del tardeo, que ha estado encabezado por los actores Ona Beneït y Pedro Granero, junto a los arquitectos David Vegara y Carlos Pastor. Esta residencia artística con sede temporal en el Centro Cultural Las Cigarreras, que ha contado con el apoyo de Idensitat en colaboración con el Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana, ha organizado en los últimos meses una performance, un debate y una ruta con audioguía. El objetivo era hablar con la sociedad sobre ecosistemas del ocio en la ciudad, más concretamente sobre el polémico tardeo, poniendo de relieve las diferentes posturas.Y objetivo cumplido. Porque si algo ha conseguido esta iniciativa ha sido dar mucho que hablar.

La última de las acciones se titulaba Alliberades y ha consistido en recorrer las calles principales del tardeo, desde el Mercado Central hasta la Plaza Nueva, pasando por la calle Castaños, dentro de una morena de casi nueve metros, con la intención de observar la situación ante la sorpresa de los que disfrutaban de su tiempo libre en las terrazas de los establecimientos hosteleros. “Hemos hecho una visita guiada, con luz y sonido, para explicar a quienes iban dentro cuáles son las circunstancias que envuelven este fenómeno, que no ha sido espontáneo”, explican. La aparición de este elemento disruptivo en el espacio público hacía a los viandantes y a los clientes de los bares y restaurantes, que se sintieran extraños y observados. Una sensación parecida a la que sienten los vecinos cuando se ven invadidos cada fin de semana por la multitud de gente que ocupa las terrazas.

Al igual que la antigua pecera de la Plaza Nueva servía de observatorio y de espacio pedagógico para conocer el ecosistema del mar Mediterráneo, el proyecto cultural utilizó esa metáfora como excusa para hablar del ecosistema del ocio en Alicante. Y en este último caso, liberó de la pecera a la morena por las calles del tardeo, haciendo ver a los participantes que en este momento existe un debate sobre el modelo de ciudad que Alicante necesita. “Hemos trasladado al espacio público que el diseño del tardeo tiene unas implicaciones físicas y ambientales muy específicas que hace que funcionen”, explican. “Las sombrillas, por ejemplo, impiden que la gente vea claramente que sobre ellos hay vecinos y de esta forma piensan que no molestan”, añaden.

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