VALÈNCIA. El futuro del turismo en la Comunitat Valenciana debe de ir de la mano de la sostenibilidad entendida en sus tres vertientes (medioambiental, económica y social), tal y como refleja la estrategia de turismo responsable y sostenible de la Comunitat Valenciana. “La actividad turística debe procurar, a través de la sostenibilidad, ser económicamente más rentable y competitiva, proteger el medioambiente y los destinos donde se desarrolla y, sobre todo, mejorar la calidad de vida de toda la cadena de valor, tanto de los ciudadanos como de los trabajadores y sociedades receptoras en las que se desarrolla”, comenta Esther Labaig Gallardo, directora General de Turismo. Lo hace recordando que La Ley de Turismo, Ocio y Hospitalidad en su artículo 5 establece que la política del Consell se sustentará, entre otros compromisos, en el de sostenibilidad alineándose con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y que en su artículo 22 detalla que la planificación turística debe ser respetuosa con el entorno y con la sociedad receptora, teniendo en cuenta tanto las repercusiones actuales y futuras, económicas, sociales y medioambientales. Y es que, en su opinión “las políticas públicas tienen la obligación de desarrollar los marcos normativos y las estrategias de sostenibilidad, pero también definir los planes, programas y actuaciones que faciliten su aterrizaje”.
Una implantación de la sostenibilidad en la cadena de valor del sector que es desigual, pues depende del tamaño de la empresa y de sus posibilidades de inversión. De ahí que “aunque todos necesitan el paraguas de esa estrategia común que tiene que marcar la política pública, hay algunos elementos de esa cadena de valor que, además, necesitan apoyo, incluso económico, de la Administración para definir e implantar esas acciones de sostenibilidad”.
Esther Labaig Gallardo pone de ejemplo el pilotaje de la S (Sostenibilidad) que desde hace más de dos años se desarrolla con el ICTE y que pretende dar a conocer las especificaciones técnicas de la S de Sostenibilidad a 28 empresas turísticas, cuyo objetivo es la consecución de al menos tres de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. “Con ello conseguimos que algunas empresas, que de forma autónoma posiblemente no pudieran acceder a obtener este sello, con nuestro apoyo obtengan este sello de sostenibilidad”. También pone de ejemplo el uso de la red de CDTs para “prestigiar las profesiones turísticas y, por tanto, la mejora de las condiciones laborales de los trabajadores del sector —sostenibilidad social—”. También destaca las ayudas de concurrencia competitiva: “destinamos cuatro millones de euros en actuaciones dirigidas a incentivar el uso de energías renovables, mejora de eficiencia hídrica, reducción de importo de actividad turística sobre el entorno”.
De este modo, marcada la estrategia, "definimos toda una serie de planes y actuaciones que permiten aterrizarlo en destinos y en sectores porque, al final, la sostenibilidad es una cogobernanza pública y privada”. Iniciativas a futuro que ya están alineadas a la sostenibilidad, como explica Esther Labaig Gallardo: “En nuestros principales recursos turísticos, playas y espacios naturales, implantamos actuaciones sostenibles e inteligentes”. De este modo, detalla, las playas disponen desde hace años de lavapiés ecológicos con agua tratada de mar —supone un importante ahorro de agua potable—, áreas biosaludables o certificaciones en sistemas de gestión basados en normas, tanto nacionales como internacionales. Asimismo, explica, algunos Ayuntamientos implantan otros sistemas, como bollas batimétricas (medir la calidad del agua), drones de vigilancia (medir la calidad del agua o las posibles plagas), sensores ultravioletas. En cuanto a las acciones en espacios naturales, propugnan la movilidad eléctrica, recorridos de señalítica sensorizada para medir la capacidad de carga, sensores de calidad del agua, señalización acústica… “es decir, toda una serie de elementos que favorecen que la actividad que se desarrolla dentro de esos recursos sea sostenible"