Washington. Miércoles, 12:00 a.m., hora local. 20 de enero. 2021. Una mañana gélida, incierta, gris. De repente, justo un segundo antes del juramento, sale el Sol. La atmósfera se torna respirable. Ha ganado la democracia. Mientras tanto, aquí todos disparan contra el precandidato Illa. El Rubius tampoco quiere pagar impuestos, se marca un Pujol, y huye a Andorra. Por muchos millones de seguidores que tenga este gamer - uno más- es un ceporro, un ejemplo infame de insolidaridad. Cero patatero. Muchos mundos y una sola fe verdadera. La conciencia cívica. La solidaridad. La dignidad. La decencia. Podéis ir en paz.
Luis Barcala se atraganta con el presupuesto. Hasta el interventor le echa en cara que alimente la fiera de fiestas y saraos, el cuñao frente cherokee e incansable trabajador Manuel Jiménez, en plena pandemia. Alicante hoy es Julia Llopis: un vertedero de ropa usada. Todo menos cultura, empatía i trellat. Menos mal que existe Natxo Bellido, un excelente Xavier López, el eje progresista liderado por el socialista, a veces, simpático y siempre lúcido para siempre Paco Sanguino. Con el veneno de Vox nunca llegaremos a nada.
José Luis Martínez Almeida, flamante y fracasado portavoz del PP tipo nivel estatal del primer partido de la oposición, además de fallido alcalde de Madrid, al límite de su incapacidad, reza a Mr. Proper y espera que la lluvia milagrosa arrastre la suciedad del entorno y lo arregle todo. Slavoj Žižek, intelectual de guardia, se pronuncia en esloveno sobre las entrañas sangrientas de murciélagos y gallinas de Wuhan, nos revela el peligroso asalto al Castillo de Santa Bárbara de la espléndida y la insuficientemente impóluta y valorada inteligencia de Mari Carmen Sánchez. También se manifiesta sobre el exceso de corderos, terneras y cabritos; vocea sobre el pitufeo Rita Barberá y, en perfecto occitano, declama sobre el brazo incorrupto de Sant Vicent Màrtir. Cráneo y huesos privilegiados. Amén. Demos gracias a Dios. Podéis ir en paz.
Amanda Gorman. Hoy quería un servidor empezar el resumen semanal con la exhibición de belleza, declamación y expresividad contenida que esta poetisa de 22 años hizo en la toma de posesión de Biden y Harris. Pero el gran Boris Izaguirre ya lo ha dejado escrito todo el en su artículo semanal de los Sábados en El País. Realmente lo más de lo más del miércoles fue Bernie Sanders, la izquierda congelada que sabe estar y -que no se me pase- el elegante abrigo de Melania incluido el desplante que le hizo al su todavía marido Donald Trump al bajar del helicóptero. Nada más aterrizar en la realidad: el sucio dinero. Su destino.
Joe Biden y Kamala Harris van a necesitar -Arcopal resiste- muchísima moral alcoyana. El azul demócrata tiene una labor ingente ante sí. Los servicios secretos también. El enemigo son los otros. Pero los otros, son nuestros hijos de puta. Los proud boys pueden tirarse todavía más al monte… hasta con tanques. Aunque la verdadera amenaza es el ataque cibernético. Porque la noticia de la semana -casi al par con la ferocidad devastadora, inquietante y deprimente de la pandemia…¡joder, ánimo! - ha sido la falta de disturbios reseñables y la magnífica ceremonia -vaig plorar com un xiquet- en la que se declaró solemnemente la vuelta a la aburrida normalidad. Sí, plore molt.
Inesperada la intervención de Garth Brooks, el cantante country por excelencia ídolo de la América profunda con la que necesariamente se tiene que reconciliar la otral alma liberal. Lady Gaga estuvo contenida, con un sofisticado peinado a lo niña Greta Thumberg, corpiño azul marino, falda menina quilométrica roja, paloma de la paz y auricular dorada y perlas sufragistas. Complementando el origen obrero de una enérgica Jennifer López que con su frase sentida en castellano, insufló vida y alegría salpicada de sensualidad al inicio de la nueva era. Mientras tanto, aquí, el deep fake de Lola Flores produce una piloerección en el alma eterna de los españoles. Ahora todos podemos ser, nos pueden presentar, convertir en Franco. En Cayetana Álvarez de Toledo y Peralta – Ramos. O en Gloria Lomana, que no se sabe si es peor. Letizia Ortiz y las nanas, bien, gracias por preguntar todas y cada una de las semanas. Dios se lo premiará a usted, querido lector.
La pandemia se desboca precipicio abajo. Estamos en un nuevo confinamiento conviviente domiciliar de facto. Sufrimos. Mucho. Rosalía y Billie Ellis lanzan “lo vas a olvidar”. Adele se separa. La derecha indígena se escandaliza con la camiseta de Íñigo Errejón estampada con Vicent Andrés Estellés, Joan Fuster y Ovidi Montllor. El bisbe Rubén Martínez Dalmau nos acabará casando a Pilar Lima y a Naiara Davó. Veremos cómo sale del jardín Carles Puigdemont y los exilados PI 3,14159265359. Lo intento. Pero no coge el teléfono.