ALICANTE. El trasvase Júcar-Vinalopó ya tiene reglas de funcionamiento. El convenio suscrito este martes en Aspe, por los regantes, la Confederación del Júcar, la empresa estatal Acuamed, estable que durante los próximos 10 años se enviarán desde la Azud de la Marquesa, en Cullera, 278 hectómetros cúbicos de agua, a un precio de 0,24 céntimos -precio subvencionado por el Gobierno-, y beneficiará a más de 20.000 regantes.
Como han explicado los firmantes del acuerdo, se trata de un trasvase que comenzó a gestarse en 1997, pero que ha sufrido varios retrasos y especialmente, el provocado por el cambio de la toma de origen del agua: en un principio estaba diseñado para surtir de Cortés de Pallás, pero con el cambio de la Directiva Marco del Agua, el Ministerio de Medio Ambiente, en su día dirigido por Cristina Narbona, decidió cambiar la toma: se descartó Cortés de Pallás y se ubicó en la Marquesa.
La obra, que consta de 95 kilómetros de conducciones entre Cullera y el embalse de San Diego, en Villena, ha costado 300 millones de euros, sufragados en parte (120 millones) por la Unión Europea. Hasta el momento, el trasvase sólo se ha puesto en marcha de manera puntual, con envíos de agua programados y solo por las infraestructuras de la margen derecha del Vinalopó. Y es que el agua puede llegar de Cullera, la transferencia hídrica tiene todavía infraestructuras pendientes. Son estas:
1) Las obras del postrasvase del margen izquierdo
Se trata de un proyecto que debe ejecutar la Generalitat Valenciana. Se licitó en febrero de este año por 22,5 millones y el contrato no se ha podido adjudicar todavía porque se presentó un recurso contra el pliego de condiciones, por lo que se ha tenido que revisar el proceso. En estos momentos, se ha hecho la primera selección de ofertas, pero la Mesa de Contratación de Agricultura todavía no ha resuelto. Este martes, el presidente de la Junta Central de Usuarios, Ángel Urbina, la ha calificado como obra prioritaria.