ALICANTE. La transformación del sector de la construcción está avanzando hacia un modelo donde la eficiencia hídrica, la energía renovable y la gestión inteligente del dato se integran como pilares de un nuevo paradigma: la construcción 4.0. Ya no se trata solo de levantar edificios más sostenibles, sino de articular sistemas urbanos y productivos capaces de optimizar recursos, reducir emisiones y anticipar necesidades. En este ecosistema emergente, proyectos como LIFE ELEKTRA, LIFE TURBINES, INNO4H2O, HONEYTEX, DENSITEX, E-MICROPLAST y SMILE CITY muestran cómo la tecnología aplicada al agua, la energía y los datos está redefiniendo las infraestructuras del futuro. La Red cuenta con el apoyo de la Dirección General de Vivienda para visibilizar soluciones como estas para que se beneficien las empresas que trabajan en el hábitat y la construcción 4.0 de la Comunitat Valenciana.
El agua como vector de innovación: eficiencia energética e hídrica
La gestión del agua se ha convertido en una de las grandes fronteras de innovación en la construcción y en las ciudades inteligentes. No solo por la necesidad de garantizar el recurso, sino por su capacidad para generar energía o integrarse en modelos circulares que reduzcan residuos, emisiones y costes.
En este ámbito, el proyecto INNO4H2O impulsado por ITC-AICE propone una visión sistémica del ciclo hídrico. El ecosistema que plantea quiere agrupar a todos los agentes del sector para impulsar una gestión más sostenible mediante tecnologías avanzadas que incrementen la disponibilidad de recursos, desde la potabilización y el saneamiento hasta la reutilización de aguas residuales. La iniciativa incorpora además inteligencia artificial, modelos de economía circular y el uso de energías renovables para mejorar la eficiencia y reducir el impacto ambiental, convirtiéndose en una plataforma de transferencia tecnológica entre empresas, centros de investigación y administraciones.
La dimensión energética del agua se hace tangible en LIFE TURBINES, desarrollado por ITE, que aprovecha los excedentes de presión en las redes de abastecimiento de agua potable para generar energía hidroeléctrica. En lugar de disiparse, esa presión se transforma en electricidad mediante sistemas micro-hidráulicos que pueden alimentar instalaciones, reducir la demanda sobre la red y avanzar hacia ciudades climáticamente neutras. El proyecto busca consolidar esta tecnología como una solución autónoma, sostenible y replicable a gran escala en Europa, contribuyendo a los objetivos del Green Deal y el plan REPowerEU.
El vínculo entre agua limpia, energía y sostenibilidad se refuerza con LIFE ELEKTRA, también impulsado por el Instituto Tecnológico de la Energía (ITE), que aborda uno de los mayores retos ambientales: el exceso de nitratos en las aguas subterráneas. El proyecto desarrolla un sistema de desnitrificación electroquímica apoyado en energías renovables, capaz de tratar aguas con alta carga de nitrógeno y, al mismo tiempo, producir hidrógeno de alta pureza. Esa corriente gaseosa se utiliza después en una pila de combustible, cerrando un ciclo energético limpio. Además, incorpora un gemelo digital energético y metodologías de análisis de ciclo de vida para garantizar la viabilidad del modelo. La ambición futura es clara: desplegar esta solución a escala industrial, urbana, agrícola e incluso replicarla como referencia tecnológica europea.
En conjunto, estos proyectos demuestran que el agua ha dejado de ser únicamente un recurso a gestionar: es también una fuente de energía, un espacio para la digitalización y un eje central en las ciudades resilientes del futuro.
Del dato al edificio inteligente: la digitalización en la construcción 4.0
El segundo vector de transformación es el dato. La digitalización ya no solo optimiza procesos productivos: reconfigura los materiales, anticipa el comportamiento de los edificios y permite crear infraestructuras adaptativas que reduzcan consumos y prolonguen su vida útil.
En el ámbito de la construcción, E-MICROPLAST, proyecto impulsado por AITEX, actúa sobre uno de los desafíos emergentes que condicionará los marcos regulatorios europeos: los microplásticos. El proyecto investiga soluciones para reducir estos contaminantes en aguas residuales procedentes de sectores como el textil o el cosmético. La apuesta por nuevas técnicas de eliminación de contaminantes emergentes tendrá un impacto directo en el diseño de edificios y en las plantas de tratamiento, reforzando la relación entre digitalización normativa, salud ambiental y economía circular.
La digitalización de materiales avanza en paralelo. El proyecto HONEYTEX, también desarrollado por AITEX) crea y automatiza tecnologías para fabricar honeycombs —estructuras alveolares ultraligeras— a partir de tejidos no tejidos híbridos, combinando fibras termoplásticas y no termofusibles. Esta técnica, patentada por el centro, busca superar los límites del mercado actual: productos de altas prestaciones pero muy costosos y alternativas baratas difícilmente reciclables. El objetivo es optimizar y automatizar todo el proceso de ensamblaje para garantizar reproducibilidad, reducir tiempos y extender su aplicación a sectores estratégicos más allá de la automoción, como la construcción, la movilidad o la protección. Con ello se abre la puerta a paneles más eficientes, sostenibles y fácilmente reciclables, alineados con los principios del ecodiseño.
Otro proyecto del centro es DENSITEX, donde se investiga la obtención de tejidos de alta densidad empleando hilos de diferentes naturalezas —incluyendo materiales no vírgenes— mediante tecnologías de hilado monofilamento y multifilamento. La optimización estructural orientada a la luminosidad, la acústica o el filtrado permite desarrollar textiles que mejoran el confort y reducen el consumo energético en edificios, favoreciendo un uso más eficiente de la luz y la climatización. En un contexto donde las envolventes inteligentes son clave, esta línea de innovación posiciona al material textil como un elemento protagonista de la construcción sostenible.
Todos estos proyectos impulsan un cambio transversal: el dato se integra en el diseño de nuevos materiales, en el control de productos contaminantes, en la automatización de procesos y en la gestión predictiva del entorno construido. La edificación deja de ser un objeto estático para convertirse en un sistema conectado y evolutivo.
Energía limpia para un hábitat conectado: redes renovables y autosuficiencia
El tercer pilar de la construcción 4.0 es la energía renovable aplicada al entorno urbano y constructivo. La descarbonización ya no se limita a instalar paneles solares o mejorar aislamientos: implica crear redes inteligentes, infraestructuras de economía circular y sistemas híbridos capaces de generar, almacenar y reutilizar energía en el propio edificio o en su entorno inmediato.
Un ejemplo de integración entre energía, residuos y ciudad circular es SMILE CITY de AIMPLAS, que convierte residuos urbanos complejos —como neumáticos, baterías o escombros de construcción y demolición— en nuevas soluciones para infraestructuras urbanas. El proyecto impulsa ciclovías sostenibles, mobiliario urbano reciclado y estaciones de carga para bicicletas eléctricas fabricadas con materiales recuperados. Además, promueve el diseño modular y desmontable, facilitando la reutilización de componentes al final de su vida útil. La visión a futuro es replicar modelos de ciudad circular que integren movilidad sostenible, gestión de pluviales y valorización de residuos como parte natural del urbanismo.
Los proyectos energéticos de ITE —LIFE ELEKTRA y LIFE TURBINES— completan esta transición hacia infraestructuras autosuficientes donde el agua se convierte simultáneamente en recurso, energía y dato. Ambas iniciativas consolidan un escenario donde los edificios y las redes urbanas pueden generar parte de su propio consumo, almacenar energía limpia o alimentar servicios públicos descentralizados.
La convergencia de estas líneas —materiales avanzados, aguas inteligentes, redes energéticas sostenibles y economía circular— marca la hoja de ruta de la nueva construcción 4.0: un modelo que combina infraestructura resiliente, tecnología modular, digitalización en tiempo real y un fuerte enfoque en la descarbonización.
Hacia una construcción eficiente, conectada y sostenible
Los proyectos impulsados por los centros tecnológicos valencianos demuestran que el futuro de la construcción no llegará solo a través de grandes obras, sino mediante soluciones precisas, escalables y profundamente integradas con la gestión del agua, la energía y los datos. La edificación del mañana será capaz de producir energía renovable, reducir residuos desde su diseño, mejorar su eficiencia lumínica y acústica gracias a materiales avanzados, y apoyarse en modelos predictivos que optimicen cada fase de su ciclo de vida.
La nueva era de la construcción 4.0 ya está en marcha. Y lo hace desde la intersección entre ciencia, ingeniería y sostenibilidad: un triángulo donde el agua, la energía y los datos se convierten en los pilares de un hábitat más inteligente, más eficiente y más humano.