ALICANTE (EFE). Plataformas sociales que ayudan a combatir la soledad no deseada, recubrimientos de edificios capaces de limpiar el aire urbano y bancos o toldos sensorizados para mejorar la calidad de vida, son algunas de las soluciones innovadoras que se están desarrollando para dar respuesta a algunos retos de las ciudades actuales como la contaminación atmosférica, la complejidad de la toma de decisiones o el bienestar emocional de los mayores.
Iniciativas en esta línea están desarrollando los centros tecnológicos de la Red de Institutos Tecnológicos de la Comunitat Valenciana (Redit) para impulsar ciudades más saludables, conectadas y habitables, proyectos financiados por el Instituto Valenciano de la Competitividad Empresarial (Ivace+i) a través de fondos FEDER.
Mobiliario que limpia el aire
Los contaminantes presentes en el aire son uno de los principales escollos para una vida sana en los entornos urbanos, y por eso el Instituto Tecnológico del Plástico (Aimplas) trabaja en el proyecto DACCO2, centrado en el desarrollo de recubrimientos activos para mobiliario urbano que permiten reducir, e incluso eliminar, estos contaminantes.
Por una parte, se investiga cómo diseñar materiales con elevada capacidad de adsorción -retener contaminantes presentes en el aire- o de transformación de estos.
Y, por otra se buscan materiales con propiedades fotocatalíticas, es decir, los que son capaces de oxidar los contaminantes presentes en el aire y transformarlos en compuestos de baja o nula toxicidad solo con la energía de la luz solar.
Los recubrimientos se diseñan para que puedan integrarse en pinturas y telas impermeables, de modo que puedan aplicarse a objetos diversos, tanto en interiores como en exteriores, sin alterar sus propiedades.
Según la investigadora de Aimplas Pilar Cumplido, con esta iniciativa, que incluye un estudio exhaustivo de los principales contaminantes presentes en diferentes áreas urbanas de la Comunitat Valenciana, se buscan soluciones para sectores como la pintura o el textil.
"Queremos avanzar en tecnologías que permitan mejorar la calidad del aire y que sean efectivas y económicamente rentables para que sectores como el de la pintura o el textil puedan utilizarlas", ha destacado.
Un invernadero autosuficiente y una ciudad sensorizada
Esa mejora en las condiciones ambientales de las ciudades tiene que poder medirse, y ese es el objetivo que persigue el proyecto Citisens, del Instituto Tecnológico Textil (Aitex).
Se trata de una iniciativa que busca desarrollar textiles y ‘composites’ inteligentes capaces de monitorizar parámetros ambientales y estructurales, con el objetivo de impulsar modelos urbanos basados en datos y mejorar así la calidad de vida de los ciudadanos.
En concreto, se trata de integrar sensores en estructuras y mobiliario urbano para medir en tiempo real temperatura, humedad, calidad del aire o vibraciones, aunque también se trabaja en tecnologías destinadas a la detección de movimiento para aumentar la seguridad.
Como resultado, no hay un solo desarrollo, sino varios y muy diferentes, empezando por un casco urbano inteligente que combina audio inalámbrico integrado, controles táctiles, micrófonos ocultos y batería recargable, para mejorar la experiencia y la seguridad de los conductores de motos en la ciudad.
Pero, además, se han desarrollado un invernadero urbano autosuficiente que regula automáticamente riego, ventilación y calefacción gracias a sensores alimentados por energía solar; o una pala eólica sensorizada con paneles solares bordados que permiten alimentar sus propios sistemas de comunicación y usarse en aerogeneradores.
Con sensores, además, se puede medir el estado de "salud" de los objetos, y en el proyecto Citisens se han diseñado sensores textiles de flexión fabricados mediante bordado con hilos conductores que permiten indicar, por ejemplo, cómo de segura o necesitada de mantenimiento está una estructura.
Tecnología contra la soledad
La innovación en las ciudades no solo se centra en las infraestructuras, sino que también atiende a las personas, que son el foco del proyecto Conecta, del Instituto Tecnológico del Producto Infantil y Ocio (Aiju).
En concreto, desde el centro tecnológico buscan dar respuesta a uno de los principales problemas sociales en entornos urbanos, la soledad no deseada, con el desarrollo de una plataforma inteligente de conexión social dirigida especialmente a personas mayores que viven solas.
La herramienta integra inteligencia artificial y tecnologías de procesamiento del lenguaje natural, que dan forma a un sistema de aprendizaje inteligente que adapta automáticamente los contenidos según la evolución del usuario, cuyo estado de ánimo se “lee” de forma no intrusiva.
La persona mayor tiene acceso a juegos sociales personalizados, con los que la herramienta puede detectar su estado emocional y adaptar las actividades a sus preferencias, además de a la creación de redes de apoyo informal que permitan combatir el aislamiento.
Para acabar con los efectos de la soledad, el sistema, que ya ha sido probado con residentes del centro de mayores DomusVI Alicante Babel, genera recomendaciones, propone juegos grupales y facilita la comunicación con otros usuarios y con profesionales de la asistencia.
El proyecto también prevé el desarrollo de un modelo predictivo que pueda anticipar cambios en el estado global de la persona mayor, y la creación de una red social que involucre a usuarios, cuidadores profesionales y personas en riesgo de soledad para fomentar la vida activa y el acompañamiento.