ALICANTE. Una cuenta atrás para adaptar la facturación a una nueva norma obligatoria para todo el empresariado y profesionales con la que prevenir el fraude fiscal. La fecha límite es el 1 de julio de 2025. O el peligro de la Inteligencia Artificial (IA) siendo capaz de clonar voces o la virtud de poder dibujar una idea de negocio en 15 minutos con la misma tecnología. Son algunos de los temas que se han analizado en la jornada "Cómo la Inteligencia Artificial (IA) está transformando las asesorías fiscales, laborales y contables" que ha organizado la empresa alicantina Softwariza3, partner premium de Wolters Kluwer. La jornada ha congregado a unas 300 personas, profesionales del sector, para conocer los cambios que la IA lleva a los despachos de asesoría.
La primera ponencia tras la presentación del evento, ha sido la de Camilo Dolz, jefe de la Dependencia Regional de Informática de Valencia de la Agencia Tributaria (AEAT), quien ha arrojado luz a la nueva normativa legal, Verifactu y factura electrónica.
La norma Verifactu
A finales de 2023 se publicaba en el BOE el Real Decreto 1007/2023, de 5 de diciembre, por el que se aprueba el Reglamento que establece los requisitos que deben adoptar los sistemas y programas informáticos o electrónicos que soporten los procesos de facturación de empresarios y profesionales, y la estandarización de formatos de los registros de facturación. Un reglamento que se aplicará a todo el sector empresarial y por todas sus operaciones a partir del 1 de julio de 2025.
En este caso, Dolz ha ahondado en su ponencia, sobre todo, en el avance de esta nueva norma que tiene como objetivo reforzar la lucha contra el fraude fiscal. ¿Cómo establecer el modo en que los registros de facturación que sean producidos por sistemas informáticos deben cumplir con los requisitos legales? Entendidos por integridad, conservación, accesibilidad, legibilidad, trazabilidad e inalterabilidad, y evitando así el llamado 'software de doble uso' o 'software de ocultación de ventas'.
El jefe de la Dependencia Regional de Informática de Valencia de la Agencia Tributaria ha desgranado el modo en el que se hará efectiva esta regulación. "Se define un registro de factura, con un formato y estructura determinados, al que se añaden determinados elementos informáticos de seguridad (hashes encadenados y firma electrónica) que aseguran que el registro no podrá ser modificado, después de producido, sin que quede el correspondiente registro de esa modificación". Se trata del modo, según Dolz, más sencillo y eficiente que han previsto para cumplir con esa normativa a través de envío de registros de facturación a la sede electrónica de la Agencia Tributaria en el momento de su producción.
Otra de las patas, además de la lucha contra el fraude fiscal, será el avance en la digitalización de las empresas y en la mejora de servicios de asistencia desde la AEAT a contribuyentes. Además, el nuevo sistema tendrá una opción por la que los clientes podrán comprobar la calidad fiscal de las facturas simplificadas recibidas.
En este caso, según ha destacado Dolz, son "los desarrolladores de programas informáticos quienes se deban someter a estas reglas en un plazo, como máximo, de nueve meses" y tendrán que incorporar en sus software una 'declaración responsable' de que cumplen con esa normativa.