VALÈNCIA. Inglaterra, 1781. William Burton, descubre que ha nacido para ser médico, uno de los padres de la medicina moderna. Con una enorme voluntad, pero no tantos recursos, comienza a formarse motivado por la curación de las “extrañas”, unas criaturas repudiadas por la humanidad y a las que todo el mundo da la espalda. El escritor y guionista mexicano Guillermo Arriaga presenta Extrañas, publicada por Alfaguara, una novela en la que historia y ficción se entremezclan para hablar de la búsqueda de la curación de estas personas, y del camino de William hasta convertirse en doctor. Un camino en el que se encontrará con todo tipo de conocimientos y experiencias, que le obligarán a mostrarse valiente ante su futuro.
La novela ahonda en los inicios de la medicina moderna con la excusa de hablar sobre el desprecio social. En esta Arriaga también reivindica a los hombres y mujeres marginados de las historias por su apariencia física. Para contar todo esto el autor tan solo emplea terminología de la época, sometiéndose al reto de una descripción literaria en la que todo está a servicio de la historia. Con motivo de conocer los entresijos de la Extrañas el escritor conversa con Castellón Plaza sobre los retos que le plantea la novela, y a su vez sobre los descubrimientos que realiza en esta tanto sobre William Burton como sobre sí mismo.
-¿Cómo nace la idea de la novela?
-Escuché a través de un amigo que había personas discapacitadas a las que amarraban desnudas a los postes, como si fueran animales. Esas imágenes fueron las que dispararon la novela, que se basa en una realidad muy dura. Lo hago con el afán de comunicar esta historia y de hablar de las llamadas "extrañas", unas personas que tenían una configuración física que solo se puede ver cada 300 años y que rara vez llegan a la vida adulta. Lo que podemos hacer es conservar y vivir su historia a través de la literatura, esa es parte de la magia de la novela.
-El libro comienza con una advertencia: “Los hechos reales e históricos en los cuales está basada esta novela jamás sucedieron” ¿Qué parte de ficción y de realidad hay realmente?
-La mayoría es ficción, pero siempre trato que haya un aire de realidad en lo que estoy escribiendo. Soy una persona documentada en general, he leído sobre esta historia por mi cuenta pero no precisamente por la novela, sino por mi interés natural sobre este tema. Considero que es clave en la vida de un escritor que todo lo que te rodee te inquiete de alguna manera.
"Es clave en la vida de un escritor que todo lo que te rodee te inquiete de alguna manera"
-Hay pasajes tan viscerales que cuesta pensar que sean ficticios, como cuando William asiste a sus primeras cirugías
-Tuve que aprender sobre ello a través de cirugías reales. Fui con un amigo mío veterinario a vivir todo eso. Al final si hablamos del escritor hay que comprenderlo como un cristal, nosotros debemos hacer lo máximo para rodearnos por todo tipo de experiencias. Todo creador debe funcionar como un cristal, que se difracta de alguna manera e ilumina lo que le rodea. No es necesariamente un acto consciente, uno no escribe de lo que quiere, sino de lo que puede
-Teniendo en cuenta que has dedicado una gran parte de tu vida al cine… ¿te imaginas visualmente cómo representarías a las "extrañas"?
-No, para nada. Fíjate que rara vez pienso en planos visuales y que rara vez pienso en cine cuando escribo una novela. Y por el contrario, el cine lo escribí pensando en novelas, pero eso tiene más que ver con lo que he llegado a ver o experimentar en la vida.