ALICANTE. El envejecimiento de la población, el descenso de la tasa de actividad y la disminución de la migración están ahondando en la falta de empleados, especialmente cualificados, en buena parte de las economías del mundo. España y la Comunidad Valenciana no son una excepción, a pesar de que la economía española ha tenido tradicionalmente una desocupación elevada, una tendencia que está cambiando tras la pandemia. De hecho, desde Randstad nos estamos encontrando con un creciente déficit de profesionales, especialmente cualificados, en los últimos dos años.
Los datos de la Organización Mundial de la Salud señalan que el porcentaje de población mundial mayor de 60 años prácticamente se duplicará, al pasar del 12% al 22% del total, entre 2015 y 2050. La Comunidad Valenciana está previsto que supere ampliamente este porcentaje: en 2022 había más de un millón de personas con 65 años o mayores, cerca del 20% de la población.
A esta tendencia se une un descenso de la actividad, es decir, los empleados optan ahora por trabajar menos horas, lo que dificulta cubrir determinados puestos de trabajo. Finalmente, la migración, que suponía una vía para reducir esa brecha en las economías más desarrolladas, se ha frenado por la creciente dificultad de movimientos surgida de la pandemia. Todo ello está provocando un aumento de las dificultades para encontrar empleados, sobre todo especializados, también en los periodos de debilidad económica como podría ser el actual.