ALICANTE. La Seu Universitària Ciutat d'Alacant acogía este viernes el primero de los foros sobre movilidad, gastronomía, moda y turismo desde el punto de vista de la sostenibilidad organizados por la Cátedra de Responsabilidad Social de la Generalitat en la Universidad de Alicante que dirige Irene Bajo, en colaboración con Alicante Plaza.
Dos ponencias y dos meses redondas integraban una jornada en la que se pusieron sobre la mesa las indiscutibles ventajas y beneficios para particulares, empresas y el medio ambiente que lleva aparejada la movilidad sostenible (desde la reducción de emisiones contaminantes a un incremento de la eficiencia y seguridad, pasando por una rebaja de precios e incluso una mayor cohesión territorial), pero también los no pocos obstáculos a nivel normativo, social y económico a superar para disfrutar de las anteriores, aunque se hablase eufemísticamente de "retos".
José Manuel Martín Osante, profesor titular de Derecho Mercantil de la Universidad Politécnica de Valencia y la Universidad del País Vasco, era el encargado de abrir fuego abordando la regulación de la movilidad sostenible en España. Entre otras cuestiones, Martín Osante ponía el acento en el efecto que ha tenido la convocatoria de elecciones generales del 23 de julio en la paralización de la tramitación de la Ley de Cambio Climático y Transición Energética. Una norma que, como no puede ser de otra forma, es espejo de la regulación internacional y que identifica los problemas (focalizados en el transporte terrestre, las ciudades y la carencia de infraestructuras que favorezcan la descarbonización) y propone medidas (reducción de parque de turismos y vehículos ligeros, planes de movilidad urbana sostenible, creación de zonas de bajas emisiones y creación de zonas de carga eléctrica, las populares electrolineras). Ahora bien, como en otras muchas normas, en este ámbito no solo hay competencias legislativas estatales, también las Comunidades Autónomas y Ayuntamientos tienen su papel. Se trata de algo que, como Martín Osante explicaba, se puede ver perfectamente en relación con los vehículos de movilidad personal (los patinetes) o en materia de reducción de emisiones, por ejemplo.
Acelerar los cambios
La necesidad de introducir cambios y, especialmente, de acelerarlos se puede ver beneficiada por la digitalización, las innovaciones tecnológicas (el 'big data', la robótica), pero lo anterior requiere músculo financiero. De ahí que buena parte de la jornada girase sobre la colaboración púbico-privada, la necesidad de que la iniciativa privada cuente con el apoyo de los poderes públicos. La semilla de lo anterior la plantaba Martín Osante en la Seu Universitària Ciutat d'Alacant y la planta no tardó en crecer de la mano de no pocos agentes implicados en lo anterior.
Antes, Armando Ortuño, profesor titular de Ingeniería Civil en la Universidad de Alicante, ponía el foco en los desafíos en materia de infraestructuras de transporte para la provincia de Alicante, desde el punto de vista de la sostenibilidad. Ortuño se servía del proyecto de la tristemente famosa Variante de Torrellano: la retirada de las vías del frente litoral de Alicante y la construcción de un nuevo trazado ferroviario por el interior, no solo abierto a la circulación de mercaderías y viajeros de larga distancia, también a servicios de cercanías que permitirían corregir el déficit de conexión existente entre zonas muy pobladas de la provincia, entre las que hoy solo es posible moverse en vehículo particular, eran solo algunos de los aspectos destacados por Ortuño, quien advertía sobre el cuello de botella que será el túnel ferroviario de Elche si no se rectifica la decisión de mantener vía única.