ALICANTE. La valenciana Ana Maiques -se define como muy fan de las Fallas y las tradiciones valencianas- es CEO y cofundadora de Neuroelectrics, una empresa que tiene como objetivo cambiar la forma en que interactuamos con el cerebro, desarrollando tecnologías innovadoras para monitorear y estimular el cerebro para ayudar a muchos pacientes que lo necesitan. Recibió el Premio a las Mujeres Innovadoras de la Comisión Europea EC en 2014 y una de las Cincuenta Mujeres Más Inspiradoras de Europa. En 2022 fue premiada por Goldman Sachs como Empresaria del Año. Además, es una firme defensora de una mayor diversidad en el mundo de la tecnología, tratando de inspirar a una nueva generación de mujeres para que sean líderes en su campo. También es miembro permanente del Consejo Europeo de Innovación. Así, habla con Alicante Plaza sobre los entresijos de su empresa y del horizonte en la investigación de enfermedades neurológicas, así como del papel de la inversión para impulsar el emprendimiento en Europa con más ambición.
Es CEO y cofundadora de Neuroelectrics desde 2011. ¿Cómo nació y cómo ha evolucionado a lo que es hoy?
Surgió desde otra empresa en el año 2000. En ese momento, mi socio Giulio Ruffini y yo nos preguntábamos si se podía hacer ciencia de alto nivel desde el ámbito privado y si se podía llevar al mercado. Así, yo llegaba desde la especialización en economía y él desde la medicina. Ambos pensábamos que la ciencia buena y revolucionaria no debe quedarse en un paper.
"tratamos de decodificar las señales del cerebro para poder estimular eléctricamente las zonas que no funcionan"
Por eso, el primer proyecto combinaba la neurociencia y el espacio, afrontando retos importantes para el planeta como el cambio climático o el conocimiento del cerebro. Tras varios años desarrollando tecnología nos centramos en Neuroelectrics para el tratamiento de enfermedades neurológicas de forma no invasiva.
¿Qué avances hay en el tratamiento o diagnóstico de enfermedades neurológicas?
El cerebro es el órgano más complicado y desconocido, con unos 100 billones de neuronas que se comunican y aún no sabemos del todo cómo funciona. Así, tratamos de decodificar las señales del cerebro para poder estimular eléctricamente las zonas que no funcionan. Desde hace un año y medio trabajamos en un estudio para la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) con el fin de tratar a personas con epilepsia con una alternativa a la cirugía. En el estudio en marcha se estimulan a esos pacientes eléctricamente y se está demostrado que, en un tratamiento de 20 minutos y diez días, las personas rebajan las crisis epilépticas en casi la mitad. Es un método no invasivo que se está probando con 190 pacientes en Estados Unidos, México y Europa. Si los resultados son los deseados sería la primera vez que la FDA aprobara un estudio de este tipo. Estamos muy contentos en este sentido. También trabajamos en otro estudio para personas con depresión con 30 pacientes y queremos pasar a otra fase con unas 600 personas. Está en fase de desarrollo clínico.