ALICANTE. Con la banda californiana de Green Day se suelen hacer memes cuando llega el mes de septiembre, en alusión al estribillo de su 'Wake me up when september ends' ('American idiot', 2004). Sin embargo, si hay un mes clave en la historia de Billie Joe Armstrong, Mike Dirnt y Tré Cool, ese es octubre. Fue en octubre de 1997 cuando salió a la venta su quinto disco, 'Nimrod', que tenía que consolidar a los chicos de Berkeley como la mejor banda de punk pop tras el pelotazo de 'Dookie' (1994), que incluía las nunca superadas 'Basket Case' y 'When I come around', y la continuación por compromiso (mucho menos exitosa) de 'Insomniac' (1995).
Green Day era el grupo que todo adolescente un poco marginado en su clase necesitaba en la segunda mitad de los noventa. Hacía dos años que Kurt Cobain se había volado la tapa de los sesos, y con cada lanzamiento de un grupo de rock (que en España, curiosamente, solían darse a conocer a través de Los 40) todos buscábamos a los nuevos Nirvana: Bush, Smashing Pumpkins, The Offspring... Y no. Tampoco lo fueron Green Day, pero fueron algo mucho más importante.
'Nimrod', más maduro, más largo, más melódico que los anteriores, no obtuvo ni de lejos la misma repercusión. Green Day no volverían a ser la 'mejor banda de rock de la historia' (título que se les ha adjudicado en dos ocasiones) hasta 2004, con el mentado 'American Idiot', que (como Los Simpson) predijo a Donald Trump. Pero había algo en aquel disco, una rareza que poco o nada tenía que ver con los Green Day hasta el momento (y que sin embargo, casi entra en 'Dookie', pues se compuso años antes), que lo cambió todo: 'Good Riddance (Time of your life)'.