ALICANTE. Mientras España encara el reto de transformar su modelo de gestión de residuos en tiempo récord, la Comunitat Valenciana emerge como un territorio clave para impulsar la economía circular. Desde la innovación rural y agraria hasta la digitalización de los servicios urbanos, el informe Cotec 2025 'Situación y evolución de la economía circular' revela cómo la región (y señala algún ejemplo en la ciudad de Alicante) está poniendo en marcha mecanismos concretos para avanzar hacia un modelo más eficiente, justo y sostenible.
Cuando se habla de economía circular en España, el debate suele girar en torno a grandes estrategias nacionales y objetivos europeos. Sin embargo, el último informe Cotec 2025 acerca el foco a lo que de verdad determina el éxito del cambio: la gestión local y la capacidad de las comunidades autónomas de asumir nuevos roles en materia fiscal y operativa. En ese mapa, la Comunitat Valenciana aparece destacada como una de las seis regiones españolas que han asumido la cesión completa del impuesto sobre depósito de residuos en vertedero, incineración y coincineración. Una decisión que no solo implica mayor autonomía, sino también una responsabilidad directa en la reducción de residuos eliminados y en la inversión en infraestructuras de valorización.
Este movimiento sitúa a la Comunitat en una posición avanzada respecto a otras regiones que todavía dependen de la gestión estatal. Según Cotec, esta cesión debería convertirse en un estímulo para revertir recursos en instalaciones locales, programas de buenas prácticas y sistemas de recogida más eficientes. En un contexto donde España sigue depositando en vertedero el doble que la media de la UE-27, la presión por actuar es más intensa que nunca.
Pero más allá de la dimensión fiscal, el informe pone de relieve un caso que conecta innovación, territorio y sector agrícola. La startup valenciana PersiSKIN, creadora de un material vegetal a partir de excedentes de caqui, un cultivo emblemático del territorio. Su producto, PersiSKIN Auto, ha logrado introducirse en la industria del automóvil gracias a una alianza con Antolin, demostrando que la circularidad no solo gestiona residuos. También crea valor. Para los agricultores valencianos, habitualmente afectados por la volatilidad del mercado hortofrutícola, la iniciativa abre nuevas vías de ingresos y posiciona al territorio como un hub de biomateriales.
Sin embargo, es en la gestión urbana donde Alicante toma protagonismo en el documento. Cotec utiliza la Ordenanza Fiscal del Ayuntamiento de Alicante como ejemplo pionero de cómo la digitalización está transformando las tasas de residuos en España. Lejos de la clásica tasa fija que apenas incentiva el reciclaje, Alicante ha implantado un sistema que combina una cuota por recogida y otra por tratamiento, modulada según criterios reales de uso, superficie y generación.
La clave, destaca el informe, reside en la introducción de contenedores inteligentes para la fracción orgánica, vinculados a la app o tarjeta 'Tú haces Alicante'. La participación es voluntaria pero incentivada. Qquienes depositan correctamente sus residuos reciben bonificaciones en la tasa. El sistema reconoce al usuario, registra los depósitos y aplica reducciones ajustadas a las franjas temporales de uso. Un ejemplo práctico de PAYT (pay as you throw) que Cotec identifica como referencia en un país donde muchos municipios aún carecen de datos básicos sobre los costes reales de recogida o tratamiento.
Este modelo no está exento de desafíos. El informe advierte que la mayoría de municipios españoles no ha desarrollado a tiempo las tasas PAYT exigidas por la Ley 7/2022, que fija el plazo del 10 de abril de 2025. El retraso se debe, entre otros factores, a la falta de información contable detallada, la ausencia de sistemas de control y la dificultad de individualizar el comportamiento ambiental de cada hogar. Por ello, según Cotec, experiencias como la de Alicante adquieren una relevancia doble, que funcionan como piloto y como demostración de que la tecnología puede facilitar un cambio cultural profundo.
Los retos siguen siendo monumentales. Las tasas locales aumentaron un 26,5% en 2024, el mayor incremento desde 2015, y aun así la cobertura del coste real de gestión solo alcanza el 54,7%. España tiene margen para mejorar, y la Comunitat Valenciana también. Pero el informe muestra un territorio que avanza en la dirección adecuada, que innova en el campo, que asume competencias fiscales y que experimenta con modelos urbanos digitales para mejorar la eficiencia.