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Espinosa de los Monteros: "Los empresarios deben asumir responsabilidades para corregir el rumbo de España"

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ALICANTE.  A veces, la actualidad hace que los acontecimientos resulten más atractivos. Y si la conferencia del exdiputado de Vox Iván Espinosa de los Monteros ya despertaba interés por su trayectoria y su salida del partido conservador, más aún lo hizo este viernes tras el tsunami mediático del caso Santos Cerdán. Acudió al Cámara Business Club de Alicante con el objetivo de hablar de su libro, como era de esperar, y, por tanto, de ofrecer una conferencia en positivo, al igual que su obra España tiene futuro. Sin embargo, no pudo obviar las referencias a la actualidad. Eso sí, lo hizo con un discurso impecablemente estructurado, que no deja de ser un diagnóstico del país acompañado de propuestas de solución.

Espinosa de los Monteros señaló directamente a la mayoría de los asistentes —empresarios— a quienes pidió mayor implicación para cambiar el rumbo de España. Y no lo dijo una sola vez. Insistió en el mensaje: los empresarios deben asumir responsabilidades y convertirse en actores influyentes para transformar el funcionamiento del país, en lugar de dejarlo exclusivamente en manos de los partidos políticos. “No podemos dejar las cosas públicas en manos de los políticos”, sentenció, de ahí su llamamiento a la clase empresarial, a la que definió como “el gran motor de este país”. “Somos una gran nación, la nación más fuerte de Europa, que ha superado todos los intentos de destruirla”, añadió.

  • Fotos Santi García.

El exparlamentario planteó que España necesita un gran plan de transformación en infraestructuras y energía, y que puede lograrlo porque ha superado momentos peores. “Estamos en una etapa de pobre moral; en el peor momento moral”, precisó. Recordó que España vivió dos etapas de crecimiento brillantes: de 1955 a 1973, cuando el PIB crecía un 7,5% anual —lo que él denomina el gran milagro económico español—, y posteriormente en los años 90, cuando se mejoraron notablemente las infraestructuras, como las autovías y la Alta Velocidad.

Por ello, Espinosa de los Monteros cree que ahora es posible un nuevo milagro económico español. Para lograrlo, propone relanzar a la clase media, a la que considera fundamental para el bienestar del país. “La clase media es la que da estabilidad, prosperidad, permite el crecimiento; hoy eso es imposible. Ni mis hijos ni su generación pueden comprarse una vivienda por sus propios medios”. En su opinión, hay que recuperar la capacidad de ofrecer un futuro mejor, algo que, según él, con el Gobierno de Pedro Sánchez es imposible. “Hay una grave crisis institucional; hay presión contra los que producen; el empleo que se crea es de baja calidad; los autónomos soportan una elevada presión fiscal, etc.

Por todo ello, el expolítico ha creado una fundación que, a partir de septiembre, comenzará a difundir este planteamiento en foros empresariales con el fin de implicar a este sector. Sostiene que España está en una buena posición para ese milagro económico, pero que necesita la implicación de quienes producen. “A diferencia de otras épocas, España ahora tiene problemillas”, dijo, para añadir que la solución a esos “problemillas” no pasa por la clase política actual. Como ejemplo, citó el caso de la DANA en Valencia, que —según él— se podría haber evitado si se hubieran ejecutado las obras de desvío del cauce del barranco del Poyo.

En este punto, aprovechó para reivindicar un plan hidrológico nacional con inversiones reales, así como un plan energético que dé equilibrio al sistema. También destacó la Inteligencia Artificial como una oportunidad económica de futuro, aunque lamentó que España no esté entre los países punteros en esta materia. “En regulación, sí”, ironizó. Por ello, consideró que la ubicación de centros de datos en España puede ser otra oportunidad de crecimiento. “Tenemos espacio para ubicarlos, y generan empleo de alta calidad”, subrayó. Pero, para ello, insistió una vez más en la implicación empresarial. “Tenemos que acabar con la intervención de los políticos”, aseveró. Para ese nuevo escenario, propone simplificar la regulación, reducir impuestos y gasto público, y equilibrar las cuentas del Estado. “Si conseguimos eso, puede haber un punto de inflexión. Pero no esperemos a los políticos para lograrlo”, reiteró.

Una vez terminada su conferencia, se le plantearon tres cuestiones. La primera, la burbuja inmobiliaria. Al respecto, consideró que es posible dar una solución al problema de la vivienda si se permiten los cambios urbanísticos y administrativos necesarios para facilitar su construcción. “Si la oferta se ajusta a la demanda existente, es fácil solventarlo. Además, si se rebajan los impuestos, se facilitaría la promoción tanto de vivienda pública como privada”, afirmó. Pero, una vez más, auguró que los políticos no lo pondrán fácil.

  • Fotos Santi García.

La segunda cuestión fue la Unión Europea. Espinosa opinó que “fue una gran idea cuando nació”, pero que ahora su principal problema es la burocratización y el papel de unos funcionarios “a los que no hemos elegido”. Fue especialmente crítico con el sesgo ideológico de algunas de sus políticas, como en Educación, ya que —a su juicio— terminan imponiendo líneas ideológicas en temas como la igualdad. A pesar de ello, defendió que Europa sigue siendo una tierra de oportunidades y “el mejor sitio del mundo para vivir”, pero necesita simplificar su burocracia.

Por último, abordó el sistema de partidos políticos y los nacionalismos. De los partidos convencionales, opinó que no dan la batalla cultural, especialmente los de derechas, algo que, según él, la izquierda sí hace con eficacia. “La izquierda crea necesidades y demandas a través de colectivos y asociaciones, y después lleva esas demandas a las instituciones”, dijo. En cuanto a los nacionalismos, consideró que combatirlos es una tarea a largo plazo. Como primera medida, propuso una política de restablecimiento de afectos, es decir, que todos los españoles conozcan la realidad de los distintos territorios, una especie de “Erasmus nacional” para que cada ciudadano conozca las peculiaridades de otras zonas. “La vivienda sí que tiene una solución rápida y fácil; el nacionalismo, no”, concluyó.

 

  • Fotos Santi García

 

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