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CCOO denuncia que el Tram tiene menos trenes que en 2021, pese a un aumento del 123% de viajeros

Ha pasado de transportar 9 millones de viajeros a superar los 20 millones anuales en 2024 y ha habido un recorte en la flota operativa, puesto que que circulan nueve trenes menos que en 2021

  • Viajeros en la estación de Benidorm del Tram.
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ALICANTE. Desde 2021, el Tram ha pasado de transportar 9 millones de viajeros a superar los 20 millones anuales en 2024. Aunque el crecimiento ha sido excepcional, lo cierto es que ha coincidido con un recorte en la flota operativa: hoy circulan nueve trenes menos que en 2021. CCOO advierte que la situación cada vez es peor y las soluciones no llegan. "En 2022 el gobierno del Botànic licitó la compra de nuevos tranvías, cuya incorporación debía reforzar la capacidad de la red, pero parece que nadie sabe cuándo llegarán".

Desde 2021, el Tram ha duplicado prácticamente su número de usuarios: ha pasado de algo más de nueve millones de viajeros (9.070.905) a superar los veinte millones anuales en 2024 (20.267.803), según datos oficiales de Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV). Sin embargo, ese salto en la demanda no ha ido acompañado de un refuerzo en los medios materiales. Todo lo contrario. En 2020, el Tram contaba con 46 trenes: 6 de la serie 5000, 9 de la serie 4100, 25 de la 4200, y otros 6 de la veterana serie 2500. Cada serie corresponde a una generación distinta de tranvías, con mejoras progresivas en tecnología, capacidad y comodidad. Hoy quedan solo 37 unidades. Las 2500 han sido retiradas, como estaba previsto, y tres de las 4200 se enviaron a Metrovalencia en 2022 para poner en marcha la nueva línea 10. Alicante nunca recuperó esas unidades.

La falta de capacidad no se explica solo por la falta de trenes nuevos. Hay otro factor que incide en el problema. Las distintas medidas de gratuidad y descuentos en el transporte público, impulsadas en los últimos años, obligaron a FGV a sacar a circular toda su flota disponible, sin apenas margen de reserva. Esa presión se ha traducido en un aumento acelerado del kilometraje de muchos trenes, que han llegado antes de tiempo a los umbrales que exigen una revisión exhaustiva. En esas revisiones, se requiere una intervención profunda que implica desmontajes, comprobación y sustitución de sistemas eléctricos, mecánicos y de seguridad, y que deja el tren fuera de servicio durante bastantes semanas.

Ante esta situación, la Dirección de FGV y el Comité de empresa abrieron negociaciones a lo largo de 2024 con el objetivo de mejorar el servicio utilizando los recursos disponibles. Se plantearon ajustes operativos, como el incremento de paradas en la Línea 1 y una redistribución más eficiente de las frecuencias. En noviembre de ese mismo año se alcanzó un acuerdo, pero la Conselleria no lo autorizó hasta febrero, tres meses más tarde. La validación no llegó hasta después de que los trabajadores convocaran una huelga, que resultó clave para desbloquear estas mejoras.

Desde la representación sindical pensábamos que la solución a la falta de unidades llegaría con el concurso público que se resolvió en 2022, cuando FGV firmó con Stadler Rail Valencia un contrato para el suministro de nuevos tranvías de la serie 4500. La contratación inicial era de 16 unidades, con opciones para ampliar la compra hasta un total de 28 tranvías. Estos vehículos servirían para sustituir a los tranvías actuales de Alicante, las unidades 4200.

La serie 4200, una de las generaciones de tranvías más reconocibles del Tram, comenzó a circular en 2006, y actualmente circula por las líneas 2, 3, 4 y 5 del área metropolitana. En 2011 se incorporó un segundo lote, completando así la flota actual. Fabricadas en Austria, estas unidades son fácilmente identificables por su color naranja, convertido ya en un icono del transporte público alicantino. Hoy en día, circulan habitualmente en composición doble por la línea 2, aunque en épocas de alta demanda —como el verano— también refuerzan en composición doble otras líneas, como la 3 y la 4. En 2027 algunas unidades alcanzarán los 20 años de servicio, acumulando millones de kilómetros, y quedándose pequeñas para la afluencia de viajeros, especialmente cuando operan en composición sencilla, es decir, con una sola unidad.

Los nuevos tranvías que tienen que llegar a Alicante, la serie 4500, están diseñados para mejorar tanto la capacidad como la accesibilidad. Cada unidad puede transportar hasta 400 viajeros, aumentando de esta manera la capacidad de cada unidad en 123 viajeros con respecto a los actuales tranvías 4200, y cuenta con piso bajo integral, lo que facilita especialmente el acceso a personas con movilidad reducida. Además, incorporan tecnología de última generación en conducción, seguridad y eficiencia energética. El contrato fijaba el siguiente calendario de entregas: la primera unidad debía entregarse en enero de 2025, dos más en febrero, y así progresivamente hasta completar las dieciséis en septiembre de 2025. Pero a día de hoy, no se ha recibido ni una sola unidad.

Desde CCOO se ha preguntado insistentemente por el paradero de estos trenes, pero no ha habido respuesta oficial alguna. La preocupación crece ante la posibilidad real de que estas unidades se queden retenidas en Valencia y nunca lleguen a Alicante, dejando a la red metropolitana sin el refuerzo imprescindible que demanda el crecimiento de viajeros. No se ha aclarado si se están aplicando las penalizaciones por los retrasos recogidas en el contrato, ni se ha garantizado que los tranvías de la serie 4500 se incorporen efectivamente a la flota alicantina.

Los anuncios sobre la ampliación del Tram no han parado en los últimos años. Desde distintas instituciones se habla de nuevos proyectos como la estación intermodal junto a Renfe, ya en obras, que no solo permitirá mejorar las frecuencias en líneas como la 2, sino también conectar directamente con la red nacional de AVE y abrir la puerta a futuras líneas hacia el sur de Alicante. También están sobre la mesa las prolongaciones hacia Sant Joan y Mutxamel. Son proyectos importantes, pero si no vienen acompañados de los trenes necesarios, no servirán de mucho. Sin vehículos adecuados, ni se podrán mejorar las frecuencias ni poner en marcha las nuevas líneas. De poco sirve seguir construyendo infraestructuras si no se prevé con antelación qué va a circular por ellas, volveremos a lo de siempre: la falta de previsión.

En la actualidad, la falta de refuerzo en la red metropolitana de Alicante ha puesto al límite el servicio. Miles de personas que usan el Tram cada día se ven afectadas, y no es raro encontrar quejas sobre el aforo en redes sociales. El éxito del Tram puede llevar al colapso si no se aumentan los recursos para los próximos años.

 

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