VILLENA. Aqualia ha vuelto a sumarse en Villena al Día Internacional contra la Violencia de Género con el relanzamiento de su campaña #AqualiaContigo, una iniciativa que apela directamente a la importancia del apoyo social para quienes sufren esta lacra. Bajo el lema “eres vital”, la compañía quiere recordar que acompañar, escuchar y tender la mano puede marcar la diferencia en la vida de una víctima
Según datos de ONU Mujeres, menos del 40% de las mujeres que sufren violencia en el mundo buscan ayuda, lo que deja a más de 441 millones de víctimas sin apoyo institucional ni redes que las sostengan. Ante esta realidad, Aqualia invita a la ciudadanía a participar en aqualiacontigo.com, donde pueden subir una fotografía de dos manos formando un corazón —dos personas uniendo pulgar e índice— como símbolo de acompañamiento. Cada imagen se convierte en un “latido”, y el objetivo es alcanzar 86.400, tantos como late un corazón en un día.
Estos “latidos” se transformarán en apoyo económico para el programa “Campamento por el Empleo” de la Fundación Adecco, dirigido a mujeres en situación de especial vulnerabilidad: víctimas de violencia de género o trata, madres monoparentales y mayores de 55 años en paro de larga duración. Desde 2019, 102 mujeres han participado en esta iniciativa, en la que han colaborado más de 100 profesionales voluntarios de Aqualia.

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En Villena, la compañía está repartiendo camisetas y pulseras de la campaña en su oficina de Plaza del Mercado, 19, como gesto visible de adhesión y sensibilización. La acción se enmarca en el IV Plan de Igualdad de Aqualia, recientemente firmado, que incluye medidas para promover la equidad, proteger los derechos de las víctimas recogidos en el Estatuto de los Trabajadores y reforzar la formación y sensibilización de toda la plantilla.
Aqualia forma parte, además, de la iniciativa estatal Empresas por una Sociedad Libre de Violencia de Género, impulsada por el Ministerio de Igualdad, y cuenta con el distintivo oficial “Igualdad en la Empresa”.
La compañía recuerda que “cada gesto cuenta y cada latido suma”, y reivindica que incluso acciones simbólicas pueden ayudar a que las víctimas sepan que no están solas.