ELCHE. El Ayuntamiento de Elche continúa completamente paralizado tras el ciberataque sufrido desde el pasado lunes —aunque algunas fuentes sitúan el inicio ya en la tarde del domingo—. El ataque ha dejado inoperativo todo el sistema informático municipal después de que los ciberdelincuentes “secuestraran” ordenadores y servidores. Según ha podido confirmar Alicante Plaza, los atacantes han exigido un rescate millonario para liberar los equipos, un chantaje al que el Consistorio no tiene intención de ceder. La recuperación del sistema se prevé larga y compleja, ya que no se trata únicamente de que los funcionarios no puedan usar sus ordenadores. El colapso afecta a toda la infraestructura digital, incluida la sede electrónica municipal, lo que impide a los ciudadanos realizar trámites con la administración local, tanto desde sus propios medios como en las oficinas de atención OMAC, limitadas desde el lunes a ofrecer información básica.
El Ayuntamiento ya ha anunciado la suspensión de plazos administrativos en los expedientes abiertos. Asimismo, interpuso la correspondiente denuncia ante la Policía Nacional, que investiga el ataque con apoyo de Europol. Paralelamente, técnicos del Centro de Seguridad TIC de la Comunidad Valenciana y del Centro Criptológico Nacional trabajan en la evaluación de daños y en posibles soluciones. El equipo de gobierno también ha contratado a una empresa especializada para establecer la hoja de ruta de la recuperación.
El precedente de otros municipios, como La Vila Joiosa —donde la parálisis se prolongó tres semanas en julio y aún no se ha recuperado por completo el sistema—, hace temer que este “apagón” informático pueda alargarse en el tiempo. “No será cosa de unos días”, admitían ayer fuentes cercanas al gobierno local.
En este contexto, el Ayuntamiento se prepara para semanas de bloqueo. El alcalde, Pablo Ruz, anunció que firmará un decreto para garantizar el pago de las nóminas a los funcionarios. Mientras tanto, el personal municipal tiene prohibido encender sus equipos desde el lunes, lo que mantiene todos los departamentos prácticamente inactivos. La prioridad ahora es asegurar el funcionamiento de los servicios esenciales, una tarea compleja en un contexto en el que la práctica totalidad de la gestión depende de sistemas informatizados.
Ni el gobierno municipal ni fuentes policiales han querido precisar la cantidad exigida por los atacantes. La recuperación exigirá revisar e intervenir los ordenadores uno a uno, aislándolos de la red para evitar que el virus siga propagándose. El hecho de que aún sea agosto podría jugar a favor, ya que buena parte de los funcionarios están de vacaciones y muchos equipos permanecían apagados en el momento del ataque, lo que abre la posibilidad de que algunos hayan quedado a salvo.
En cualquier caso, la gravedad de la situación es indiscutible. Nadie en la Plaça de Baix oculta su preocupación ante lo que el propio alcalde ha calificado como “el mayor ciberataque de la historia de Elche”. El futuro inmediato dependerá de las investigaciones policiales y del trabajo de los expertos informáticos, que aún evalúan el alcance del ataque y las posibles soluciones. Mientras tanto, la ciudad se enfrenta a una parálisis administrativa que pone en evidencia la absoluta dependencia tecnológica de la administración en plena era digital.