ELCHE. La playa del Carabassí ha vuelto a ser escenario de un acontecimiento medioambiental de primer orden. Tras la eclosión registrada en los últimos días, decenas de crías de tortuga boba han sido liberadas al mar bajo la supervisión de técnicos y voluntarios, que durante jornadas previas han mantenido guardias para vigilar el nido. Se trata del quinto caso de nidificación de esta especie en este enclave del litoral ilicitano en apenas tres años, lo que consolida a la zona como un punto caliente para la reproducción de la Caretta caretta.

El origen de este nuevo nido se remonta a la madrugada del pasado mes de julio, cuando una tortuga boba desovó en la playa de Arenales del Sol un total de 79 huevos. En aquel momento, especialistas desplazados a la zona trasladaron 70 de ellos a un nido artificial protegido en Carabassí, mientras que el resto fueron derivados a las incubadoras del Oceanogràfic de Valencia para asegurar su viabilidad.

La puesta fue localizada por un grupo de jóvenes que, sorprendidos por la presencia del ejemplar en la arena, alertaron de inmediato al 112. Los especialistas practicaron entonces una ecografía al animal, que reveló que todavía contenía más huevos en su interior, por lo que no se descartaba que pudiera regresar para una nueva puesta. Con ese objetivo, se le colocó además un dispositivo de rastreo satelital que permite seguir sus movimientos y anticipar un posible retorno a las costas ilicitanas.

El nacimiento y liberación de las crías se enmarca en la estrategia de conservación que desarrollan la Generalitat Valenciana, el Oceanogràfic y diversas entidades científicas, junto a la colaboración ciudadana y de voluntarios, que resultan clave para garantizar la supervivencia de una especie catalogada como vulnerable.