¿Por qué fue traído el Templo de Debod a España desde Egipto? ¿Era fruto de un expolio, de una donación o de un regalo? ¿Pudo instalarse en Elche? Muchas preguntas para esta cuestión que, al menos a mí, me despertó la curiosidad para saber más cuando me lo contaron.
Efectivamente, esa fue la intención de las autoridades ilicitanas. Qué mejor que reconstruirse e instalarse entre palmeras, suponiendo que las tenía en el entorno donde antes estuvo este templo. ¿Dónde ubicarlo? En uno de sus huertos de palmeras, a la sombra de sus ramas que le aliviaran del sol del verano. Y cursaron su petición, que el no ya lo tenían antes de emprender acciones en este sentido.
Pero ¿cuál era el motivo para que este templo egipcio se transportara a territorio español? Ahí va la respuesta, le va a sorprender si no la conoce. Fue entregado a España por expreso deseo de Nasser, presidente egipcio, como gesto de agradecimiento por la participación española en las acciones organizadas por la Unesco para salvar de las aguas a los templos de Nubia. Toma, ¿no se lo cree? Le cuento más cosas.
Muchos monumentos egipcios de la época de los faraones estaban amenazados por la construcción de la presa de Asuán. Esta se construyó en 1958 para contener las aguas y evitar las inundaciones de las poblaciones ribereñas del bajo Nilo. Lo que era bueno para una cosa, era malo para otra. La presa era una amenaza para los yacimientos arqueológicos y vestigios egipcios situados en esa región. Había que salvarlos de ser cubiertos para siempre por las aguas retenidas de la presa.
¿Qué se hizo para salvarlos? Se organizó una campaña internacional liderada por la Unesco con este fin. A España se le invitó a participar de este empeño y aceptó, además de realizar el estudio, excavación y rescate del yacimiento arqueológico o monumento asignado. Se creó un Comité de trabajo con este fin que fue presidido por Alberto Martín Artajo - ministro de Asuntos Exteriores español de 1945 a 1957 - y dirigido por el arqueólogo Martín Almagro Basch. La primera expedición española llegó a Egipto en 1960; la última, en 1965.