ELCHE. Tras años y décadas de deslocalizaciones y aún con el lastre de la economía sumergida, el calzado intenta revertir la situación en los últimos años planteando proyectos de envergadura al calor de financiación europea para modernizar y añadir procesos innovadores en el sector. Como consecuencia de aquellos problemas, han ido llegando otros que ahora están encima de la mesa: la falta de relevo generacional, sobre todo en el punto más precario de la cadena, el aparado. Sin embargo, tras lograr el IES Sixto Marco la acreditación como Centro Nacional de Referencia (CRN) del calzado, le ha permitido empezar un proceso de certificación profesional que abre las puertas a homologar la experiencia laboral con títulos académicos.
Es un pequeño pero importante paso primero de cara a dignificar estos oficios (junto a otros como la envasa, cortado, montado...) y a equipararlos con otros, para que puedan salir del ostracismo y que se puedan reconocer de cara a esa falta de mano de obra profesional que se busca. Y que permitan, a su vez, con esa homologación académica, mejor formación para lograr niveles superiores. Algo que el instituto va a realizar durante los próximos cuatro años de la mano de Conselleria de Educación, a través de la Dirección General de Formación Profesional y Enseñanzas de Régimen Especial con fondos europeos. Todo gracias a la acreditación como CRN, aún no oficial a la espera de que se publique en el Boletín Oficial del Estado, pero trabajando como tal de forma oficiosa.
Certificados profesionales o experiencia equiparable a grados de FP
Unos trabajos que empezaron en junio no solo para el textil y calzado, sino para todo lo profesional, también para electricidad y administración, a través de comisiones de evaluación. Como explica el director del instituto, Joaquín Parejo, se trata de un reconocimiento de competencias profesionales por experiencia o formación no reglada, o parcial. "Lo que se valora es la experiencia laboral, se exige que tengan un mínimo de años y de horas. Se valoran el nivel I (dos años y 1.200 horas), II y III (tres años y 2.000 horas para ambos) y una experiencia laboral mínima en los últimos 15 años. En el caso de formación no formal en la última década, se piden 200 horas para lograr el nivel I y 300 para el II y III.
La equivalencia académica es de formación como Técnico Básico Auxiliar, para el nivel I, y un grado medio o superior de Formación Profesional para los II y III respectivamente. El paso siguiente ya sería la formación universitaria. En cualquier caso, "la competencia profesional es lo menos que se puede evaluar, que una persona es competente para determinada cosa". De esta forma, lo mínimo que se puede conseguir con este programa es un certificado de profesionalidad. Dependiendo de los conocimientos y formación, se puede dar el caso de que cursando solo algunos 'módulos' —asignaturas, en la jerga de FP—, se pueda conseguir un título de Gradio Medio o superior de FP. "Una equivalencia de ciclo formativo", explica Parejo, quien señala que esto abre la puerta a después obtener una formación académica para una futura carrera universitaria.