AlicantePlaza

el sur del sur

El PP sigue a la defensiva

  • El presidente del PP de Alicante y candidato, Toño Peral, con el cartel de Luis Barcala. Foto PEPE OLIVARES

El Partido Popular sigue en estado de shock, y sigue a la defensiva. El resultado del 28A y la confección de listas, que se hicieron semanas atrás, ha conformado una nebulosa en el partido que no augura buenas sensaciones a no ser que alguien dé un golpe de timón y centre el discurso, y las actitudes. Sólo en casos aislados se ve ilusión, a alguien con ganas por batirse el cobre y de pensar que si no lo hace él, no lo hará nadie. Y además, hay que hacerlo con equipos, con equipos motivados y que transmitan ilusión.

Esta sensación va por barrios. Por ejemplo, esta semana, PSOE y Ciudadanos, han celebrado sendos actos en Alicante ciudad y, gracias a sus exitosos resultados, y respiran otra ambiente: sus líderes llevan la sonrisa en el rostro

Pero bueno, volvamos al PP. Si alguien ha hecho autocrítica, se habrá dado cuenta de que el frentismo dentro de un mismo bloque fue un error, y sobre todo, si fue para marcar distancias con Vox; al final, el elector popular se encontró huérfano de una oferta centrista y acabó confiando en Ciudadanos, que viene a decir casi lo mismo, pero al menos muestra un tímido perfil progresista en algunas cuestiones.

Primero. No se entiende porque el PP ha renunciado a defender los grandes logros de su etapa de gobierno, sobre todo, a la gestión económica, o aquellas cuestiones en las que, en su día, salió de su perfil más conservador para generar consensos con amplias capas de la població. Segundo. A veces, es difícil generar ilusión si en la confección de candidaturas apenas has podido renovar -algo que ha pasado en muchas listas municipales- o has tenido que echar mano de gente de segunda o tercera fila o repetir con candidatos de 2015.

Ni se ha hecho mano de lo primero, ni se saca pecho de lo segundo, aunque hay excepciones. Y en cambio, el PP se ha dedicado a repartir banderas de España para evitar que Ciudadanos o Vox ganaran esa batalla; a confundir con el aborto; a renunciar a la defensa contundente de las políticas contra la violencia de género; a defender con titubeos la inmigración ordenada o a no rechazar de facto la posesión de armas para la autodefensa ante ataques. Y en el caso de la Comunitat Valenciana, a arremeter contra todo aquello que suponía una mínima convivencia entre en valenciano y el castellano, o a la defensa de las dos lenguas por igual. La radicalidad, para defenderla, tiene que tener relación con la realidad, y muchas veces, eso no se ha dado. ¿Qué tuvieran razón en muchas cosas? Sí, pero no para hacer una causa belli tratándonse de un partido que es opción de Gobierno. También hay excepciones en esto.

Pero la ardua competencia por ser más derechón que el otro ha llevado al PP a un rincón y le ha apeado de muchos consensos que sus dirigentes construyeron durante sus años de Gobierno. Bien es verdad que en el espectro político nacional sigue habiendo mucha vinculación del PP con los casos de corrupción, sobre todo, a la hora de ligarla con la Comunitat Valenciana, o con la visión que se tiene de nuestra autonomía en otros territorios.

Recibe toda la actualidad
Alicante Plaza

Recibe toda la actualidad de Alicante Plaza en tu correo