ALICANTE. El fin de año -y con él, el cierre del ciclo presupuestario- obliga al equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Alicante a intensificar esfuerzos para tratar de poner en marcha las llamadas inversiones sostenibles: obras y adquisiciones de equipamientos que se sufragan con las partidas sobrantes del presupuesto de 2017. Se trata de actuaciones que deben licitarse necesariamente antes de que concluya 2018, aunque podrán ejecutarse a lo largo de todo 2019.
Así, el gabinete que coordina el popular Luis Barcala prevé impulsar este viernes, en otra Junta de Gobierno de carácter extraordinario, un nuevo paquete de concursos (previsiblemente, los últimos del año) para exprimir al máximo esos recursos económicos. Sobre todo, después de haber reprochado tanto al tripartito (PSOE, Guanyar y Compromís) como al Gobierno del PSOE en solitario el bajo nivel de ejecución de su planificación presupuestaria en cuanto se produjo su acceso al poder, el pasado mes de abril. Ya en junio, el PP se propuso acelerar la planificación de esas inversiones y apostó por desarrollar aquellas que estuviesen listas, con proyectos ya redactados, heredadas de la fase del mandato precedente. Todo con el fin de no repetir los resultados anteriores que el propio PP había criticado a sus adversarios políticos.