ALICANTE. Un siglo después de su muerte, el pintor Joaquín Agrasot y Juan (Orihuela, 1836-1919) vuelve a recibir, de algún modo, el mismo reconocimiento público que obtenía su obra durante la vida del propio artista. Relevancia que quedó plasmada en 1902 en la Enciclopedia Británica, que le consideraba, en aquel momento, uno de los cuatro autores más importantes de la pintura moderna española, junto a Fortuny, Sorolla y Zuloaga. Ese reconocimiento internacional fue diluyéndose con el tiempo hasta generarse un silencio injusto que hoy trata de repararse en el Museo de Bellas Artes Gravina (Mubag) de Alicante, con la mayor muestra que jamás se haya hecho sobre el alicantino.
Comisariada por Esther Alba y Rafael Gil, la muestra cuenta con casi un centenar de piezas entre dibujos, acuarelas y pinturas, que se podrán ver hasta el 24 de enero. Obras no solo del propio Agrasot, sino también de sus coetáneos ya citados, así como otras obras de Benlliure, Tusquets o María Roca. Piezas cedidas por diversas colecciones privadas como la de sus propios familiares, que se exhiben por primera vez al público, además de las aportaciones de otras instituciones como el Museo del Prado, el Museo Carmen Thyssen, el Museu Nacional d’Art de Catalunya o la Colección Banco Sabadell, entre otros, que se suman a las cinco obras de la Diputación de Alicante y del propio Mubag.