ALICANTE. El proyecto impulsado por la constructora Corisa para rehabilitar el número 19 de la calle Altamira y convertirlo en un hotel de lujo con 50 habitaciones vuelve a someterse al examen de la Conselleria de Cultura. La promotora de las obras ha presentado un modificado del proyecto original para adaptarse a las últimas exigencias técnicas formuladas por el Ayuntamiento de Alicante y espera ahora la respuesta del departamento autonómico que coordina Vicent Marzà, competente sobre las intervenciones que se planteen en edificios sobre los que rija algún grado de protección especial. Y el caso del inmueble en el que se planea el futuro hotel es uno de ellos.

Como viene informando Alicante Plaza, el edificio en cuestión, adquirido por Corisa en agosto de 2016 en la subasta convocada por el Ayuntamiento, forma parte del Bien de Interés Cultural (BIC) del conjunto arquitectónico del propio edificio consistorial, al que se encuentra literalmente conectado. Además, también está afectado por el Plan Especial de Protección del Casco Antiguo (PECA). Cultura autorizó el pasado marzo la ejecución de catas arqueológicas en el solar, cerca de dos años después de que también diese su visto bueno a los trabajos de intervención interna.