ALICANTE. El gigante canadiense de la marihuana medicinal, el grupo Canopy Growth (cuya dirección europea está asentada en Ámsterdam), tiene grandes esperanzas depositadas en su filial alicantina Cáñamo y Fibras Naturales, Cafina. Y en su licencia para cultivar y vender cannabis con propósito terapéutico, una de las pocas que ha concedido el Ministerio de Sanidad.
Pero de momento, Cafina no puede ofrecer beneficios al grupo en el que integró el año pasado, tras la adquisición por parte de Canopy Growth. Su capacidad de producción es apenas testimonial, mientras el gigante canadiense no lleve a cabo las inversiones previstas. Pero mantenerla como empresa en funcionamiento es clave para los planes de Canopy Growth, de ahí que la multinacional canadiense haya concedido un préstamo de 1,4 millones de euros a Cafina para financiar su actividad mientras llegan los beneficios.