ALICANTE. El impulso a la nueva fase de peatonalización de calles en el Centro de Alicante provoca el enésimo estallido de protesta entre sus residentes. Cuando menos, la Asociación de Vecinos del Centro Tradicional de Alicante manifestó este lunes su malestar respecto al último paso emprendido por el equipo de Gobierno que preside el popular Luis Barcala: la apertura del proceso de participación pública sobre ese proyecto de peatonalización del eje Constitución-Bailén sin abrir una fase de consultas previa con los teóricos representantes directos del vecindario.
La directiva del colectivo expresó su preocupación por el procedimiento empleado "para informar sobre el pretendido cambio; a través de los medios comunicación". "Nadie nos ha llamado y menos aun aportado algún documento sobre el que los Vecinos del Centro; principales afectados, podamos debatir. Es un desprecio absoluto y nos tememos que detrás de esta apariencia se encuentra una modificación, que acabará por erradicar lo poco que queda de nuestra identidad y modo de vida", señalaron, en alusión a su temor a que el cierre de más viales al tráfico rodado conlleve la proliferación de más locales de ocio y más veladores.
Así, los representantes del colectivo rechazaron una de las conclusiones principales del estudio encargado por el Ayuntamiento para evaluar posibilidades sobre la peatonalización: que se trate de una medida que pueda "mejorar la vida de los residentes, reactivar la actividad comercial, mejorar el espacio urbano, y potenciar el atractivo turístico de la zona". "La vida de los residentes solo se mejora respetando las leyes, erradicando el ocio intempestivo y devolviendo el suelo público para el paseo, la compra en tiendas de calidad y el asistir a buenos restaurantes y cafeterías. El resto ya ha demostrado que es el antiturismo y el abuso", añadieron.
Es más, recalcaron que su preferencia es justo la contraria tras recordar que ya presentaron una solicitud formal para que se desistiese del proceso de peatonalización y se optase por la reapertura al tráfico de las calles peatonales para impedir las molestias por ruido asociadas al descontrol del ocio y la hostelería que impiden su descanso. Esa petición, según insistieron, sigue sin tener respuesta municipal.