El pasado martes 25, el Consejo de Ministros aprobó un Real Decreto Ley donde establecía medidas urgentes para modificar la Ley de la Cadena Alimentaria. El objetivo es dotar de una mayor transparencia a la generación de los precios agrícolas, incluyendo en los contratos los costes de producción de referencia que sirven para su cálculo. Además, se prohíbe la venta a pérdidas y se sanciona la publicidad engañosa. De esta forma, se pretende garantizar unos precios más justos a agricultores y ganaderos que palíen la insoportable situación que vive el campo español. Estas medidas son la respuesta a las protestas del sector rural del último mes, que tuvo como detonante la subida del salario mínimo interprofesional (SMI). Y, aunque muchos han querido asociar esta subida con el principal motivo de las reivindicaciones, las causas de esta situación son más complejas. Según Lorenzo Ramos, Secretario General de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) “el SMI no es el problema, cuando alguien está perdiendo dinero, es una dificultad, pero no el problema. Todo el mundo tiene derecho a ganar un salario digno que le permita vivir en condiciones, pero ese no es el problema, sino que son los precios que algunos casos cobrábamos hace diez años".
Ciertamente, atendiendo a los datos sobre Precios e Índices Medios Nacionales Mensuales y Anuales Percibidos por los Agricultores del Instituto Nacional de Estadística (INE), durante el período 2010-2017, destacan las disminuciones de un 35% del precio de la sandía y la patata, y el 25% de la alcachofa. Sin embargo, esta situación negativa no es extrapolable a todos los productos agrarios. En el polo opuesto destacan las subidas del 100% en el precio de la almendra, el 76% del vino blanco, y cerca del 65% de la aceituna de almazara y el aguacate.
Este escenario ha supuesto, según las Cuentas Económicas de la Agricultura del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación para el período 2010-2019, que la renta agraria, aunque en los últimos diez años había experimentado un incremento cercano al 12%, haya disminuido un 10% en los tres últimos años. En este período, mientras que el ingreso agrario únicamente había subido un 0,03%, los costes han experimentado una subida del 16,88%. Esta situación no es ajena a la Comunidad Valenciana. Según las Cuentas Regionales de la Agricultura del citado Ministerio, si bien desde el período 2011-2007 la renta agraria aumento en un 9,60%, en los tres últimos años, se ha reducido en un 5,95%. Mientras los ingresos aumentaron en un 0,57%, los costes lo hicieron en un 8,94%.